miércoles, 27 de mayo de 2009

ROBERTO BOLAÑOS 2666


Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe. ROBERTO BOLAÑOS
Ya hemos rendido culto a Roberto Bolaños en estas páginas, por la calidad de una obra que, rompe definitivamente con el cordón umbilical del Boom. Su novela 2666, acaba e ser premiada como la mejor novela extranjera por la crítica Norteamericana. Quienes la hemos leído, sabemos que a pesar de los extensos reconocimientos, esta novela aun no ha recibido toda la importancia que amerita y no porque no haya sido atendida por sus lectores y critica, sino que todo toma su tiempo y esta obra prima, que rompió con todo el canon, que se abre paso como gigante (nos recuerda el periplo de “cien años de soledad”), no es una lectura fácil, sabemos que muchos hablaran de ella sin ni siquiera haber leído una pagina, como suele pasarle a los textos clásicos. Andrés Ibáñez, escribió una reseña magistral : “De lo que no cabe duda es que nos hallamos ante la obra de un genio: una obra de inmensa lucidez e inmensa sabiduría narrativa, escrita con una mezcla única de felicidad creadora e íntima desesperación existencial, la obra de un maestro absoluto cuya voz posee la autoridad y la aparente ausencia de esfuerzo que solemos asociar con los grandes clásicos consagrados por los siglos, y cuyo verbo nos impulsa, ya desde las primeras frases, a una lectura insaciable cuyo interés no decae ni por un momento a lo largo de sus majestuosas mil cien páginas largas.” Esta mezcla de historia, entrecortada con trasfondo literario sin igual entorno a un autor, que deja ver una Europa derrotada que aun no se redime en su condición”. Es cierto, cuando este crítico establece: “Es una especie de Mil y una noches, un centón lleno de historias, novelas cortas, cuentos dentro de cuentos, narraciones de la más diversa índole, de amor, de guerra, de humor, de ciencia-ficción, de crímenes, de horror, de metaficción, de sueños (el recuerdo de La vida, instrucciones de uso viene de vez en cuando a la cabeza) que proliferan como las hojarascas de una selva tropical y que parecen caérsele a Bolaño de los dedos como en una lluvia de inspiración incontenible.” Aquí, igual que en otros textos, está una radiografía del universo de contradicciones y encantos que constituye México, de poesía y muerte, de dolor y vida. La historia, narrada sobre una estructura que se asimila a una verdadera sinfonía, muchas voces, muchas piezas, unidas por la excelsa condición estética que no se pierde en ningún momento, que va cubriendo cada letra impresa, que responde a un orden prefigurado perfecto. Ibáñez lo describe así: “Dos planetas, dos centros disímiles, pues, que son los mismos que mueven y han venido siempre moviendo la literatura de Bolaño: esa mezcla aparentemente imposible entre pasión visceral, experiencia desnuda, marginalidad y violencia, junto con todo el refinamiento de una escritura intensamente literaria, claramente posmoderna devota de constantes juegos (como las largas e inexplicables páginas dedicadas a los lapsus calami de diversos escritores, casi al final de 2666), que instaura definitivamente en nuestras letras, ¡por fin! la posibilidad de una literatura libre que establece sus territorios mas allá de los géneros y fuera de las decorosas clasificaciones académicas”.



lunes, 25 de mayo de 2009

VARIOPINTAS LITERARIAS
Diario de la noche

A la hora en que el sueño se desliza
Como un ladrón por senderos de fieltro
Los poetas beben aguas rumorosas
Mientras hablan de la oscuridad,
De la oscura edad que nos circunda.
A la hora en que el tren tizna la luna
Y el ángel del burdel se abandona a su suerte,
La orquesta toca un aire lastimero.
Una yegua del color de los espejos
Se hunde en la noche agitando su cola de cometa.
¿Qué invisible jinete la galopa?
©Juan Manuel Roca

Al Unisonó que recibíamos la buena noticia del premio casa de las Américas otorgado a Juan Manuel Roca, nos enterábamos de la muerte de Mario Benedetti. El diario “el País “de España, presenta la noticia dándole al poeta Colombiano los reconocimientos que en nuestra tierra siempre tardan: “El poeta, crítico de arte y periodista colombiano, Juan Manuel Roca, ha ganado la IX edición del Premio Casa de América de Poesía Americana con su poemario Biblia de pobres, que presenta un "gran dominio formal, sólida estructura y variedad de registros", según indicó el jurado del galardón. Roca, que ha obtenido numerosos galardones por su trayectoria profesional, cuenta con el Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura 2004, el Premio José Lezama Lima otorgado por la Casa de las Américas y el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval en 2007”
Roca pertenece a una generación que no se agrupo entorno a ningún propósito, que no prefiguro ningún movimiento, ni pretendió revoluciones, fue llamada la generación sin nombre, convivió con la aplanadora del Boom latinoamericano que eclipsaba a cualquier creador que no estuviera en este selecto grupo. Me encanta su poesía, vivo muy sorprendido y gozo con la calidad de sus ensayos y comentarios literarios, que además están hechos con la calidez de un poeta, que ni en estas calendas, abandona esa vena tan constante en todo lo que escribe.
Mario Benedetti, es un escritor emblemático, gozó siempre de hinchada propia, ganada a puro pulso y con una obra muy particular, que curiosamente estaba por encima de los academicismos, de la crítica especializada, de aquellos gurúes que siempre han pretendido imponer un canoon.
Recuerdo muy bien, que quien no llevara en la universidad el libro de poemas “Inventario” y la música de Silvio Rodríguez, no estaba en onda, como dicen los Mexicanos. Sus poemas son emblemáticos para toda una generación:

Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.


Mucha tinta y reconocimientos estarán a pedir de boca, por ahora solo queda aceptar una deuda muy grande con este hombre, que de hecho perdura gracias a su obra. Sobra decir, que como cuentista esta fuera de lote, es mi modesta apreciación, de los mejores de Latinoamérica y caso aparte resulta cualquier comentario sobre la excelente novela “la tregua”.

He seguido con mucha atención el trasegar poético de Elkin Uribe, este poeta de mil cabales, a través de su blog, cantico primaveral, sigue entregándonos una obra que amerita aunar esfuerzos para ser publicada. Su estilo, muy particular, con una gran influencia del romancero español y de la mejor poesía juglar de Latinoamérica, esta en todo caso hecha con la soltura de quien pese a estas lecturas, no se encasilla.

He querido incluir un poema que confirma su constante vena.

Oh noche, obscura noche
tu opacidad es nítida.
La figura se vuelve tímida
en el paso de tu derroche.

Inicias el paso lento,
dejando estela de felicidad;
o tal vez... Fatalidad,
en agosto de tu tiempo.


¡Oh noche!, noche lóbrega
o noche jactanciosa,
cual pétalo de rosa

que la espina hiere
en su doquiere
en regalo de entrega.