En una tertulia espontanea con algunos amigos nos preguntábamos donde
están los grandes cronistas de otros tiempos. Colombia ha sido tierra de excelente
periodismo escrito, pero inexplicablemente este género parecía mandado a
recoger por infinidad de razones. En la
conversación alguien nos refuto vehementemente y nos recordó la obra de este
escritor Antioqueño, que es pura crónica.
Juan José Hoyos es un hombre enteramente dedicado al periodismo: Ha
ejercido con mucho juicio su profesión desde hace veinticinco años o más. Escribe
todos los domingos excelentes columnas, trabaja en la universidad de Antioquía dictando cátedra
sobre la materia y ha realizado una tarea única sobre
la historia del periodismo.
Lo más relevante sus escritos. Cuando lo leo siempre se me viene a la
cabeza el excelente escritor Argentino Osvaldo Soriano, pues encuentro muchas similitudes.
Su prosa es impecable. Marianne Ponsford escribió en el prologo de una antología
suya llamada “el libro de la vida” con mucho acierto: “Son micro ensayos, cuadros
delicados, instantáneas literarias, reflexiones que parten del hombre, pasan
por el tamiz de la literatura y retornan al hombre. Son actos de fe en la
palabra escrita”.
Sus libros son literatura camuflada de periodismo. Si usted quiere un
cuadro vivo de nuestro país, debería leer a Juan José Hoyos. Nuestra tragedia,
que es como una herida abierta, está
descrita desde lo más íntimo de su pueblo, desde adentro, atendiendo al ser
humano en esencia. Sus crónicas además son como pequeñas notas autobiográficas.
Siempre está contando la relación que tuvo con su padre, la que tiene con sus
hijos, su experiencia como lector impenitente, las vicisitudes de su barrio, las
historias más entrañables de su amada Medellín: del parque, del árbol de su
cuadra, de sus amigos y las nostalgias que lo agobian que son muchas.
En un escrito para la revista el
“Malpensante” a propósito de la muerte del poeta Juan Manuel Arango quien fuera
su amigo del alma, lo definió de tal manera que parece hecho para describirse a
sí mismo: “ no podía entender cómo era posible que existiera una persona como
él que era digamos, de cierto punto de vista, “un intelectual” de talla mayor,
pero que al mismo tiempo era alguien que no hacía de la inteligencia un oficio
insolente, un hombre tocado por la poesía, pero al mismo tiempo una persona
común y corriente”.
El mayor elogio a este excelente escritor es decirle que pese a ser una
persona en apariencia común, un ciudadano de a pie, tiene la virtud y el arte de trasmitirnos las crónicas
relevantes de la vida en primer plano, como si tuviese una cámara, como esas
tomas memorables del buen cine.
Su último libro “‘La pasión de
contar”, el periodismo narrativo en Colombia', es producto de rastrear tres
siglos de historias durante 10 años, con ayuda de estudiantes de periodismo
de la universidad de Antioquia.” Así lo reseño el periódico “El tiempo”: Una
combinación de paciencia, perseverancia, olfato periodístico, respeto por los
que lo precedieron y una obsesión por narrar historias dio como resultado un
libro que reúne 115 textos de narradores colombianos, desde el siglo XVII hasta
el año 2.000.
Conoce la vida del capo Pablo
Escobar como nadie. Algunas de las
buenas crónicas publicadas, son sobre este excéntrico personaje. Sería el mejor
biógrafo, pues siguió su itinerario delincuencial,
su vida y tragedia desde mucho antes que fuera personaje de talla mundial.
“El libro de la vida” reúne una
antología de sus escritos que aconsejo leer. Son frescas, bien escritas y
agradables. Son pequeñas historias, llenas de calor humano y siempre atendiendo
a lo más elemental de la existencia: Las personas y los hechos que son
relevantes en medio de nuestra pesada cotidianidad.
Siempre digo que para un autor
el mejor homenaje es leerlo. Son muchas las crónicas de Juan José Hoyos
publicadas en la red. A propósito de las inversiones inmensas hechas por las
multinacionales para explotar nuestro oro, aconsejaría leer el libro suyo: “El
oro y la Sangre” que fue premio planeta. Adelante transcribo una pequeña biografía:
Medellín, 1953
Periodista y escritor egresado
de la Universidad de Antioquia. Ha sido corresponsal y enviado especial del
periódico El Tiempo, de Bogotá. Fue director y editor de la Revista Universidad
de Antioquia. Ha publicado las novelas Tuyo es mi corazón (Planeta, 1984) y El
cielo que perdimos (Planeta, 1990). También dos libros de reportajes: Sentir
que es un soplo la vida (Editorial Universidad de Antioquia, 1994) y El oro y
la sangre (Planeta, 1994). Con este último ganó en 1994 el Premio Nacional de
Periodismo Germán Arciniegas. Es coautor del libro Janyama. Un aprendiz de
jaibaná (Editorial Universidad de Antioquia, 2002). Ha realizado dos
investigaciones sobre el reportaje en Colombia. La primera de ellas se titula
Periodismo y literatura: el reportaje en Colombia (inédita). La segunda es Un
pionero del reportaje en Colombia. Francisco de Paula Muñoz y El crimen de
Aguacatal, (Hombre Nuevo Editores, 2002). En 1987 participó como escritor
invitado en el International Writing Program de la Universidad de Iowa (Estados
Unidos).Desde 1985 es profesor de periodismo en la Facultad de Comunicaciones
de la Universidad de Antioquia. Trabaja como editor en la colección de
periodismo de la Editorial de la misma universidad. También es director de la
revista de periodismo Folios editada por la Especialización en Periodismo
Investigativo de la Universidad de Antioquia. En la actualidad es columnista
del periódico El Colombiano, de Medellín.