jueves, 7 de febrero de 2013

MICHEL GRUBER EL LIBRO DEL AIRE Y DELAS SOMBRAS



El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho. William Shekespeare


José A Sánchez en la red expresa que Bourdieu en su texto sobre “la educación sentimental” de Flaubert describe como opera la literatura en el descubrimiento de las estructuras de la realidad”.  Agregaría que no solo las descubre y las interpreta  sino que a través de la transpoción poética  construye mundos e historias y hay tantos como obras de ficción. Sólo en este momento el hombre se convierte en Dios. Desde la obra  se tiene la capacidad de reinterpretar el entorno y además desde la misma se construyen realidades por encima de la propia, tangibles en todo caso, autónomas ( Quien se atrevería a negar la existencia de Macondo).  La autoficcion ha permitido a la novela realizar propuestas  inimaginables, con una libertad infinita.  El autor crea historias, pero dentro de la  misma escribe ensayos, toma la palabra como espectador, como autor, al igual que Wody Allen, quien como director de cine, en mucho roles sale y entra de la película cuando quiere, le habla al espectador, se hace a un lado, se burla de los protagonista,  libertades que hoy son de uso común en la novela. 
El libro de Michel Gruber es una novela que aborda a Shakespeare  desde una historia de ficción, con rigor excepcional, no solo en los aspectos biográficos sino sobre su obra y las vicisitudes  del proceso creativo. Desde el encuentro fortuito de un manuscrito de la época se narra una historia con la estructura propia de la novela policíca.
Un experto en propiedad intelectual se encuentra con un manuscrito que termina siendo un legado oculto de Shakespeare, este evento le obliga a investigar e indagar uno de los interrogantes más viejos de la literatura universal y son el soporte para sacar a flote toda la erudición literaria del autor en el tema desde una ficción. Alrededor de la trama se aborda el mundo creativo de Shakespeare, su obra. Estas dos variables  se entrecruzan a lo largo del texto en favor del lector.
William Ospina en un excelente artículo para el periódico "El espectador" se pregunta sobre Shakespeare: “Lo que tenemos de él como hombre histórico es demasiado poco, comparado con la magnitud de su obra. Una casa que se supone suya, en la que no queda un solo mueble que se pueda afirmar que le perteneció; una tumba en la iglesia de Strafford, junto a un río de cisnes, donde no se puede averiguar si reposan sus huesos, porque lo prohíbe una agria maldición; un pueblo donde supuestamente nació, pero donde sólo viviría antes y después de ser el gran poeta que asombra al mundo; un teatro que es sólo la réplica de aquel donde ofreció sus espectáculos; una obra de la que no quedaron manuscritos y que no fue publicada en vida suya; y una serie de retratos que fueron exhibidos hace tres años en la Nacional Portrait Gallery de Londres, todos pintados después de su muerte”. El autor aborda muchos de estos interrogantes. William que es uno de sus mejores traductores, remata su artículo diciendo“ Tal vez supere aquello que el escritor agrega como paradoja por los sentimientos que suscita este autor emblemático: Inglaterra tiene con su poeta mayor una relación cambiante: hoy niega que haya existido, mañana lo endiosa; hoy le rinde grandes homenajes, mañana opina que no tiene los papeles en regla, que un hombre con la dudosa formación de Shakespeare jamás habría podido escribir una obra como la que firma Shakespeare; hoy lo convierte en un fantasma, mañana lo exhibe con el aspecto de un príncipe exquisito”. 
La historia en principio parece ser más de lo mismo. Su estructura corresponde a las novelas de este genero, pero el autor de la mano del manuscrito, explora una época y un autor y va armando una compleja información  literaria,  enriquecida con teorías bastante atrevidas pero bien respaldadas alrededor del escritor inglés.  Recordé a Mankell, que es muy lento para llegar al centro de sus tramas, pero va absorbiendo al lector poco a poco, este texto nos brinda un plato exquisito. Shakespeare  de por sí suscita muchos interrogantes. Se duda de la existencia de Dios, pero no de Hamlet.
Aprendí a querer e idolatrar a Shakespeare de la mano de Harold Bloom para quien “el Cisne de Avon no solamente es el más grande escritor de todos los tiempos, sino también el ser más inteligente que haya hollado la tierra y el autor de una "Biblia secular" cuya influencia sobrepasa las obras de Homero y Platón para medirse con los textos sagrados de Oriente y Occidente. A esta admiración desmedida le llama, sin empacho, "bardolatría[1]". La única manera de conocer un texto es leyéndolo,  espero que mis lectores lo aborden, si lo puedo ubicar digitalmente lo pondré a disposición en la red.





[1] Marcel Sisniega
http://www.letraslibres.com/revista/libros/shakespeare-la-invencion-de-lo-humano-de-harold-bloom