Se nos fue el historiador
más importante del Marximo de los último años. Sus textos son imprescindibles para interpretar el mundo moderno. La calidad de los mismos le permitía Tener lectores a
granel, fue un faro frente a las difíciles coyunturas que dominan al mundo en
los actuales momentos. Hobsbawm falleció a primera hora de la mañana en el
hospital Royal Free de Londres, donde era tratado de una neumonía. El último libro que publicó se tituló “Como
cambiar el mundo”. Dos años después de haber publicado su autobiografía. Este libro es una
mirada esperanzadora sobre el futuro de la humanidad, muy a pesar que
es una recopilación de artículos escritos entre 1956 y el 2009.
Su muerte deja un vacío muy grande, tanto para la
academia, como para los amantes de la historia quienes veíamos en él un interprete lucido del mundo moderno. El Marxismo, que también está en grave crisis por falta de teóricos pierde un escritor y defensor de sus tesis de mucha talla.. Todos los
libros de este escritor Británico responden a una meticulosidad excesiva, erudición
y profundidad. Hasta último momento
Hobsbawm reivindicó a “Marx como pensador para el siglo XXI”.
Este hombre que se retiró del partido comunista
hace mucho tiempo, no dejó de escribir en su larga vida. Publicó una obra
extensa y coherente, nunca perdió vigencia y sus libros responden a un propósito
único, interpretar lo que sucede en el mundo como un todo, su análisis nos permitió comprender a través del
determinismo las claves de un cumulo de intereses superpuestos y entrecruzados
que dominan la geopolítica mundial. Por ello hablaba refiriéndose a la primera
y segunda guerra mundial, como la guerra. Estos textos son de mi predilección: LA
ERA DE LA REVOLUCIÓN (1789-1848), LA ERA DEL CAPITAL (1848-1875) y LA ERA DEL
IMPERIO (1875-1914).
Demostró que el siglo XX, realmente empezó en el
año 1914. “El fundamento teórico sobre el que se apoya esta tesis en la
consideración del tiempo histórico, diferente al tiempo cronológico. En este
caso el siglo histórico no es lo
mismo que el siglo calendario, es
decir, no se ajusta exactamente a lo que es la centuria. La idea no es
patrimonio exclusivo de Hobsbawm. Antes que él la habían desarrollado ya otros
historiadores, por ejemplo Immanuel Wallerstein (El moderno sistema mundial, Siglo XXI, México,
1984). Éste, al referirse al siglo XV, el siglo de la conquista del Nuevo Mundo
y de la fundación de los primeros imperios coloniales, defiende que aquél
comenzó en 1492, el año del descubrimiento, terminando asimismo antes, hacia
1590, cuando España ha perdido ya la hegemonía mundial. Es decir, lo que
constituye un siglo histórico tiene más que ver con el significado del mismo,
con su interpretación global, que con las fechas calendario”.
Solo queda leerlo de nuevo y reeditar su obra
valiosa, que en todo caso, gracias a las
bondades de la red se encuentra casi en su totalidad a disposición del público.