sábado, 19 de noviembre de 2011

LAS NOVELAS QUE DEBERIAMOS LEER INDEFECTIBLEMENTE II


Existe otro grupo de novelas para esta antología, importantes para la literatura, pero significativas en lo personal, por la experiencia que constituyó su lectura, por el impacto y la alucinación que me produjo en su momento y por el hecho que, sus relecturas siempre son frescas y deparan gratas sorpresas. Su valor  está descontado, así lo ratifican innumerables estudios. Hablare de los aspectos más relevantes desde un perspectiva hedónica y estética.  La lista es la siguiente:


1.- El viejo y el mar de Ernest Hemingway.


2.- El sonido y la furia de de William Faulkner


3. -Auto de fe de Elías Canetti


4.- El proceso de Franz Kafka


5.- la nausea de Sartre


La novela de Hemingway, fue una de las experiencias más inolvidables como lector.  Este pequeño libro,  es criticado por los expertos por su frágil estructura, en lo personal, creo que esta es una de sus mayor virtudes, porque esta relatado con todas las armaduras del buen periodista, con la lógica de un cronista, para atrapar al lector desde el inicio. Esto no le quita su valor literario. A la fecha de su aparición ya se  habían publicado sus grandes novelas: “Por quién doblan las campanas” y “Adiós a las armas”. Que impacta en este libro: Su historia, nos cautiva desde el principio, nos atrapa, para decirlo en términos coloquiales, no queremos soltar el libro nunca, cuando esto sucede, no cabe duda, que se vive como lector una experiencia inigualable. Después, su protagonista, nunca se nos olvidará, este personaje de ficción nos acompañará toda la vida, la novela gravita alrededor de su personalidad, excepcional, sin par,  está perfectamente descrita. Es un viejo marinero en la última etapa de su vida, desprestigiado por el hecho de llevar 84 días de pesca sin ningún resultado,” aparentemente  sin nada que ganar o perder”, pero que en todo caso, no enseña como la lucha por la vida debe emprenderse todos los días con el mismo valor y de manera irrenunciable. Estas 120 páginas, son  un ejemplo de buena literatura, de esos libros de referencia permanente y que no dudo en aconsejar. Tiene valores literarios incuestionables.  Es una historia vigorosa, de una factura impecable, en su última parte la naturaleza le infringe al pescador una derrota que se constituye en su mayor triunfo, pero este hecho desde la perspectiva narrativa, es una virtud del escritor, quien cierra la obra de manera perfecta, las dotes del periodista quedan expuestas.


El “Sonido y la furia” de Faulkner. El título de la novela alude a un soliloquio del acto 5, escena 5 del Macbeth de Shakespeare. La descripción de la novela hecha por Wilquipedia es muy buena: “Novela influida por el Ulises de Joyce, narra la decadencia y destrucción final de un viejo linaje del tradicionalista sur de Estados Unidos (el famoso Deep South) o sur profundo, desde el punto de vista de los últimos sobrevivientes degenerados de dicha familia. Los Compson, protagonistas de la decadencia familiar son presentados en las voces de tres de sus miembros y de Dilsey, la sirvienta negra, considerada como de la familia por la cantidad de años que lleva al lado de ellos. De este modo, cada una de las secciones del libro es algo así como el testimonio de uno de los Compson. Está narrada por varios personajes. La primera sección es la relatada por Benjy, un débil mental para quien el mundo, su mundo, se basa más en percepciones que personas y objetos. La segunda sección es la relatada por Quentin Compson, hermano del anterior, poco antes de suicidarse en Harvard, Massachussets. La tercera parte es relatada por Jason, también hermano de los anteriores. La cuarta parte, según el propio Faulkner es la única que no es relatada por un miembro del clan Compson, sino por él mismo. Esta última parte, sin embargo, está construida como un punto de vista de tercera persona focalizada en Dilsey, la sirviente negra de la familia Compson. Esta sección permite reordenar y dar sentido a las acciones y pensamientos de los demás personajes. Existe un personaje Compson que no relata, Candace (Caddy), la hermana de los otros tres Compson. Esta estructura narrativa dota a la novela de una sensación polifónica, en la cual los hechos son presentados bajo el punto de vista de distintos narradores con su peculiar manera de ver los mismos hechos que se narran en el fondo.” Que me impacto de su lectura. Fue como entrar a las grandes ligas de la literatura. Reconocer, todo lo que se puede hacer desde la novela. Disfrute, si se puede llamar, las alucinaciones del monologo interior. No es fácil leerlo, pero una vez la narrativa se sobrepone a los intrincados laberintos verbales, el libro resulta ser un encanto e inolvidable. Faulkner es el escritor de los escritores. Influyó en todos los novelistas grandes del Boom Latinoamericano y existen alusiones de Gabo y fuentes sobre su obra y personalidad excepcionales. He dicho siempre, quien tenga pretensiones como escritor debe leer a Faulkner.


“Auto de fe” de Elías Canetti,  en medio de la pasión que representaba para mí la lectura,  el universo fascinante de la escritura y los libro, con tan solo quince años,  fue un descubrimiento total, por ser una novela excepcional para los lectores compulsivos, si se atiende a la trama. Narra la vida de un sinólogo, un intelectual a carta cabal, que vivía solo entre libros y quien sobrevive una historia siniestra de la mano de una mujer.  Estos  personajes y  el tema estaban por fuera de todo lo que yo había leído hasta la fecha y  reflejaba toda la hondura intelectual, de este excelente escritor, que descifró el fascismo y las tramas del poder, para someter al hombre en todas sus dimensiones. Después leí, “Masa y Poder”, el otro proceso de Kafka y sus memorias, que siempre están en mi mesa de noche.  Auto de fe, Canetti cuenta en sus memorias,  nació de una imagen que, como un pequeño demonio pertinaz, lo obsesionaba: un hombre que prende fuego a su biblioteca y arde junto con sus libros. Mario Vargas Llosa, escribió sobre esta novela, con absoluta lucidez: La dificultad mayor que ofrece no es entender lo que en ella sucede sino, más bien, hacerse una idea coherente del conjunto de episodios que la componen. Éstos, aislados, son muy claros: hechos triviales o truculentos; banalidades domésticas y desmesuras visionarias; los estereotipos y clisés pequeño burgueses que surten sin tregua de la boca y la mente de un ama de llaves y las reflexiones extravagantes de un orientalista neurótico; las sórdidas brutalidades de un portero matón y las hazañas delincuentes de un enano jorobado salido del hampa; complicaciones callejeras de una absurdidad demencial, enredos burocráticos, crímenes y violencias de todo orden. Cada uno por separado, todos estos sucesos son inteligibles y están dotados de poder persuasivo. Por su concatenación, en cambio, es difícil de establecer; la relación de causa a efecto que los vincula o debería vincularlos es tan soterrada que, con frecuencia, se eclipsa. Las bruscas mudas de tono, contenido, humor y sentido entre episodio y episodio resultan a veces desconcertantes. También a este respecto es instructivo el testimonio de Canetti: «Un día se me ocurrió que el mundo no podía ya ser recreado como en las novelas de antes, es decir, desde la perspectiva de un escritor; el mundo estaba desintegrado, y sólo si se tenía el valor de mostrarlo en su desintegración era posible ofrecer de él una imagen verosímil.» Para mí, significo descubrir las trampas de la razón, la relación intima entre poder y saber y el descubrimiento de la pervertida naturaleza humana que todo lo puede”.  Al principio de la novela, me sorprendió que un personaje pudiese leerlo todo, conocerlo. Después comprobé con Borges, muchas de las realidades descritas con este personaje.


De Franz Kafka, había leído la “Metamorfosis “, una obra que significó el abre te sésamo de la literatura.  Aprendí, En una novela cabe todo. Vargas Llosa en el prologo de su excelente libro la verdad de las mentiras decía: “En efecto, las novelas mienten —no pueden hacer otra cosa— pero ésa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse encubierta, disfrazada de lo que no es. Dicho así, esto tiene el semblante de un galimatías. Pero, en realidad, se trata de algo muy sencillo. Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos —ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros— quisieran una vida distinta de la que viven”. El proceso develo las tramas del poder y la  burocracia desde la perspectiva del sujeto, de quien la padece, que parece nunca comprender que es lo que está sucediendo. En muchas novelas intuimos que va a pasar, con el proceso, quedamos lelos, no sabemos nada, como el protagonista, vivimos una ansiedad inexplicable frente a los hechos.  “En el relato, Josef K. es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde este momento, el protagonista se adentra en una pesadilla para defenderse de algo que nunca se sabe qué es y con argumentos aún menos concretos, tan solo para encontrar, una y otra vez, que las más altas instancias a las que pretende apelar no son sino las más humildes y limitadas, creándose así un clima de inaccesibilidad a la 'justicia' y a la 'ley'. “Alguien debió de haber calumniado a Josef K., porque sin haber hecho nada malo, fueron a detenerlo una mañana". Un par de funcionarios detienen al gerente bancario Josef K., limitándose a decirle que se encuentra procesado. Desde ese momento Josef K. es sujeto de un asfixiante procedimiento judicial que poco a poco se apodera de su vida; es interrogado en infectas dependencias de tribunales decadentes, instalados en buhardillas de la periferia; es espectador de extrañas situaciones relacionadas a los burócratas que lo rodean y conoce a personajes que parecen querer ayudarlo, pero son tan impotentes como él frente a las muchas instancias y niveles del poder judiciales. Todos, como señala Titorelli el pintor, son parte del tribunal.  Nadie había descifrado el poder con tanta perfección. Ahora que vivimos inmersos entre sus telarañas, comprendemos la grandeza de este excelente novelista.  Es acertado la frase del  escritor Peruano Mario Vargas Llosa: ?Los hombres no están contentos con su suerte, y casi todos, ricos y pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros; quisieran una vida diferente a la que viven, y para aplacar tramposamente ese apetito, nacieron las ficciones?.


La Nausea de Sartre, marco un hito para la juventud. Esta es la novela filosófica por antonomasia. Nosotros que fuimos ídolos del pensador Francés, encontramos en esta novela, el debate del ser en el marco de la sociedad moderna, cifrado en una excelente narración y un argumento difícil, pero servil al propósito del escritor, que no era otro que, declarar la existencia un absurdo. “Toda la novela surge del diario personal que lleva minuciosamente, y fechado, Roquentin. Con detalle estampa sus impresiones cotidianas, con una lenta morosidad que mucho tiene que ver con ese mundo absurdo y solitario en que está inserto. El acercamiento a los descubrimientos filosóficos fundamentales, se va dando de a poco, como la aproximación al clímax de una revelación mística”. “Roquentin vive en un mundo sin sentido. Lo asombra comprobar que los buenos burgueses de la ciudad, no adviertan estos aspectos de la realidad, que para él son tan evidentes. Un alejamiento profundo lo distancia de todo lo que lo rodea, y, finalmente, lo distanciará de la obra misma en que está trabajando. El Marqués de Rollebon dejará de interesarle y abandonará su ficticia o engañosa vocación de historiador”. Esta novela ahora tiene más vigencia que nunca. Su relectura me produce una ansiedad, que no es otra cosa que la confirmación de los buenos dotes del escritor.


Estas novelas en lo personal han marcado mi vida y constituyen para el siglo veinte una muestra representativa del género. Así lo ha ratificado la crítica especializada. Sobra decir, que deberán ser leídas, para poder conocer su magia. Amanecerá y veremos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

LAS NOVELAS QUE DEBERIAMOS LEER INDEFECTIBLEMENTE


Asumo que escribo este artículo para lectores consumados. Hablare de un género específico: la novela. Hare una reflexión sobre aquellas novelas imprescindibles  del siglo veinte, según la crítica,  el canon y la propia experiencia. El tema será asumido desde un punto de vista absolutamente personal, queda descontado que faltarán muchas novelas y por su puesto novelistas. El artículo nace de sendas antologías y listas publicadas en este mes por la revista Arcadia y por un periodista cultural de la revista Semana. Solo empezaremos con las primeras cinco novelas de un total de veinte en el plano universal. Después hablaremos de aquellas novelas hispanoamericanas del siglo veinte y por último  de las novelas Colombianas del mismo periodo.


Seguimos pensando, que es imprescindible incluir en esta lista, lo monumental:


1.- El Ulises de Joyce.


 2.-La montaña Mágica y José y sus hermanos de Thomas Mann.


3.- En busca el tiempo perdido de Marcel Proust.


4.-El cuarteto de Alejandría Lawrence Durreal.


5.- El hombre sin atributos. De Robert Musil.


Qué hace de estas novelas iconos emblemáticos ?. La perfección lograda de acuerdo a las condiciones del género hasta la fecha de su publicación, los cambios sustanciales propugnados y la revolución estética producida para la literatura en general. Estas obras sobreviven a sus autores y se han convertido en universos suficientes a los que se recurre y se cita cotidianamente, como realidades por encima de su condición metafórica. Estas obras  hacen parte del patrimonio estético de la humanidad y la memoria de un siglo, con un  ítem: están siempre abiertas, viven, se renuevan, gracias a sus lectores e interpretaciones múltiples, hay un dialogo permanente con ellas.


Ulises incorpora el monologo interior a la novela y constituye una revolución lingüística para la lengua inglesa. Esta obra cambia totalmente la estructura de la novela. Con su publicación se produce una revolución, lenta de comprender, pues los avatares de su edición y publicación dan para otra novela, pero consolidada en el tiempo. “El MONÓLOGO INTERIOR o «fluir de la conciencia» (el narrador narra impresiones fugaces en forma delirante, sin orden temporal. Su conciencia fluye y se exponen los sentimientos más íntimos sin organización lógica tal y como vienen a la mente. A veces se eliminan los signos de puntuación y las estructuras gramaticales. Este discurso refleja el caos interno del personaje”. Otras muy serias connotaciones aporto la obra, pero sustancialmente esta es una de las más importantes.


Thomas, Mann, es un novelista a carta cabal, por sus obsesiones frente al género y los temas que pretendió abarcar. Busco eso que llamamos la novela total y por lo tanto a través de la ficción, describir al hombre en toda su dimensión. La montaña mágica y José y sus hermanos, constituyen verdaderos monumentos.
Proust, con la publicación de su extensa saga de siete novelas, junto con Joyce, deslumbra, por la perfección de su obra, por las connotaciones particulares,  excepcionales y por los cambios introducidos. Cuando se lee, se asiste a una ópera prima de tipo lingüístico: “Su estilo es muy especial y se compone de frases muy largas que resultan extrañas, y para las que es necesario tomar aliento si se quiere llegar al punto sin ahogarse. Sus contemporáneos aseguran que de hecho, se trataba prácticamente del modo en el que el autor hablaba, lo que también resulta paradójico si se tiene en cuenta que Proust era asmático. No obstante, al igual que el escritor cubano José Lezama Lima, la redacción de sus extensas frases recuerdan el ritmo lento de la respiración del asmático. Se cuenta, además, cómo solía hacer innumerables adiciones a los textos en las galeradas previas a la edición final, hasta agregar folios e incluso tomos completamente nuevos. Este ritmo, podría decirse «ahogado», que alarga sus frases, sumado al ímpetu frenético de su escritura, se pueden entender más claramente a partir de ciertas observaciones: algunos de sus amigos y conocidos más cercanos sospechaban en Proust los rasgos del hipocondríaco.” La visión sujetica del tiempo, Bergson, es aplicada aquí en toda su dimensión. Estas largas ensoñaciones, del tiempo recobrado, de una poética sin igual y cargadas de citas sobre la pintura, la sociedad Francesa y el arte en general, en un ambiente burgués en absoluta decadencia, son un bocado para el lector y constituyeron una verdadera revolución para la literatura. 


‘El cuarteto de Alejandría’ es una tetralogía escrita por Lawrence Durrell a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. La intención del autor, como explica en la nota que abre “Balthazar”, el segundo de los libros, es construir una serie de novela que se desplieguen en el espacio sin constituir una serie; obras que se complementen unas a otras, entretejiéndose en una relación puramente espacial, sin referencia temporal alguna. Eso es lo que Durrell hace con los tres primeros volúmenes, mientras que el último sí que se revela como un sucesor de los anteriores y utiliza el tiempo (narrando hechos posteriores a los ya mostrados) para tejer una imagen última —que no definitiva— de los protagonistas ( Solodelibros). Existe una experimentación en los aspectos formales de la novela, sobre todo en el manejo del tiempo y el espacio. Estas obras se refieren a los acontecimientos en Alejandría justo antes y durante la segunda guerra mundial. Los primeros tres libros cuentan en esencia la misma historia, pero desde diferentes perspectivas, una técnica que Durrell describió en su nota introductoria a "Balthazar" como "relativista". Sólo en la parte final, "Clea", la historia avanza en el tiempo y alcanza un desenlace. En estas novelas investiga el amor en todas sus formas, y pasajes de gran belleza se mezclan con estudios sobre la corrupción y con una compleja investigación sensual.


El hombre sin atributos de Musil, inacabado por la muerte del autor, se resume en estos hechos: obra escrita entre 1930 y 1942.  Los actores principales de esta tragicomedia monumental son: Ulrich, el hombre sin atributos, el matemático idealista, el sarcástico espectador; Leona y Bonadea, las dos amadas del matemático, desbancadas por Diotima, cerebro dirigente de la "Acción Paralela" y mujer cuya estupidez sólo es comparable a su hermosura; y Arnheim, el hombre con atributos, un millonario prusiano cuya conversación fluctúa entre las modernas técnicas de la inseminación artificial y las tallas medievales búlgaras. Alrededor de ellos se mueve, como en un esperpéntico vodevil, la digna, honrada, aristocrática sociedad de Kakania (el imperio austro-húngaro), que vive los últimos momentos de su vacía decadencia antes de sucumbir a la hecatombe de la Gran Guerra. “La perspectiva de Musil tiene trescientos sesenta grados y abarca la gama entera de lo real, como un diccionario universal que incluye todas las voces del mundo y toda inteligencia, desde el principio de razón suficiente al gran amor vagabundo, desde el capitalismo a la nieve, desde una media femenina que se deshilacha en una pierna, a las mejillas de Agathe que arden como rosas en la sombra. Musil sabe mirar al mundo con los ojos apagadamente melancólicos de su Leo Fischel, como con los amablemente estúpidos del conde Leinsdorf o los alucinados de Clarisse.” Se ha reeditado en Español. La lectura de los diarios de este autor, es absolutamente exquisita.
Siempre hablamos de los libros que nos gustan con  sentido hedónico, como lectores sin ninguna pretensión academica. Estamos convencidos, que es mucho mejor releer que arriesgar con títulos nuevos. Pero es imprescindible estar en todo en materia narrativa, tan solo como lectores impenitentes. La curiosidad frente a los nuevos autores, nos hace tomar los riesgos consabidos, muchas veces con  gratas sorpresas. Seguiremos en la tarea en todo caso.