domingo, 26 de octubre de 2014

APUNTES DE ELIAS CANETTI


Y así, los apuntes se han acabado convirtiendo en una forma. Su capacidad de abarcar no tiene límites. Todo lo que luego falta es importante. El lector se añade él mismo como complemento.

La lectura de los diarios y los apuntes de algunos pensadores me ha conmovido de sobremanera, pues resulta ser un dialogo imaginario con quienes constituyen parte esencial de mis afinidades intelectuales. Apuntes de Canetti, es uno de mis textos predilectos, son intuiciones narrativas cortas, aforismos, donde se decanta el escritor desde la subjetividad más profunda, escritos desde la tragedia que constituye vivir en mundo irracional e inexplicable, como lo interpretó este autor emblemático del siglo XX.

Canetti fue un hombre comprometido con su siglo, sus textos representan el testimonio de un escritor lúcido, con una narrativa cercana a la perfección. Estos apuntes son una interpretación de hechos y textos  cercanos a sus lecturas. En cada uno de ellos se decanta la ansiedad de un pensador que vivía descifrando los acontecimientos, pues fue testigo de las peores brutalidades del siglo XX, lleno de guerras continuas y actos de barbarie inexplicables. Igualmente escribió infinidad de notas biográficas, de sentencias, estas son una obertura de su itinerario intelectual, escritas con la frescura de quien nunca pensó en publicarlas.
          
Afirma en uno de ellos: “Estaría bien, a partir de cierta edad, irse haciendo cada vez más pequeño, año tras año, e ir recorriendo hacia atrás los mismos estadios por los que antaño trepó uno con orgullo. Los honores y dignidades de la edad, con todo, deberían seguir siendo los mismos de hoy, de modo que gente muy menuda, como muchachos de seis u ocho años, serían los más sabios y los de mayor experiencia. Los reyes más viejos serían los más pequeños; sólo habría Papas muy pequeños; los obispos mirarían desde arriba a los cardenales y los cardenales al Papa. No habría ya ningún niño que quisiera llegar a ser una persona mayor. La historia perdería importancia con la edad; uno tendría la impresión de que sucesos ocurridos trescientos años antes habían tenido lugar entre seres parecidos a los insectos, y el pasado tendría, al fin, la suerte de que nadie se fijara en él”. Delante de este mismo remata: El equilibrio entre saber y no saber depende de cómo uno va adquiriendo sabiduría. El no saber no puede empobrecerse con el saber. A cada respuesta - a lo lejos y aparentemente sin relación alguna con ella debe saltar una pregunta que antes dormía acurrucada. El que tiene muchas respuestas debe tener todavía más preguntas. A lo largo de toda una vida, el sabio no pasa de ser un niño y las respuestas lo único que hacen es secar el suelo y la respiración. El saber es un arma sólo para los poderosos, y no hay nada que el sabio desprecie tanto como las armas. El sabio no se avergüenza de su deseo de amar a más hombres de los que conoce; y jamás se separará arrogantemente de aquellos sobre quienes no sabe nada”.
La lectura de estos apuntes es un dialogo, nos va abriendo puertas, son búsquedas, incitaciones a otras lecturas, como si estuviéramos tomando café con el autor.
Este proyecto lo empezó en 1930, después de “Auto de fe” y lo que en principio no dejaba de ser un ejercicio sin mayores pretensiones, hoy constituye en la apreciación de muchos, lo mejor de su obra.
Su lectura para mí ha sido absolutamente enriquecedora y me ha dado herramientas para alimentar la poca esperanza que me queda, algo así, como pese a las circunstancias adversas, siempre existe una salida, esta incluso puede partir de la propia imaginación.  
Cada apunte es una apertura a muchos interrogantes y hoja de ruta a búsquedas importantes. Dice el autor en este texto en uno de sus notas:
“El comportamiento externo del hombre es tan equívoco que a uno le basta con manifestarse tal como es para vivir de un modo totalmente desconocido y oculto. Una guerra ocurre siempre como si la Humanidad no hubiera llegado aún al concepto de justicia. Canetti un autor entrañable, grande e imprescindible, me sorprende cada día más, no me canso de decir que, un escritor difícilmente muere para sus lectores. Este es un buen ejemplo.