miércoles, 19 de mayo de 2010

DORIS SALCEDO



Doris, quien ha trabajado con esmero, responsabilidad, para entregarnos paulatinamente una obra excepcional y revolucionaria, muy reconocida en el mundo y con éxitos importantes, ganó este mes el premio Velázquez de Artes Plásticas en España, que ratifican de alguna manera, lo que muchos sabíamos de antemano.

El arte conceptual parte de un principio básico: las ideas dentro de una obra son un elemento más importante que el objeto o el sentido por el que la obra se creó. La idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales, y en muchos casos la idea es la obra en sí misma, quedando la resolución final de la obra como mero soporte.

Doris es una exponente fiel del arte conceptual. “Su creación gira en torno al grave problema de la violencia  Colombia ( Diría más bien, gran parte de su obra, no toda ) y a su devastadora incidencia sobre el tejido social. Salcedo viaja a las zonas más deprimidas de Colombia y habla con las familias de los asesinados, incorporando estos testimonios en sus obras, ya se directa o indirectamente. Una de sus primeras creaciones es Atrabiliarias, un mural compuesto por zapatos de mujer metidos en nichos y cubiertos por una fina película translúcida. En otra de sus instalaciones, Casa Viudas, los muebles lloran la pérdida de los antiguos ocupantes aferrándose a huesos, los restos de un vestido... En Tenebrae: Noviembre 7, 1985, trece sillas cuyas patas se prolongan horizontalmente a través del espacio expositivo crean un área de caos en la que el suelo, el cuerpo y la arquitectura entran en colisión”(1).

Doris estudia Bellas Artes en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en Bogotá, y cursa estudios de postgrado en la Universidad de Nueva York (1984). Entre 1987 y 1988 dirige la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Bellas Artes de Cali. Ha sido becada por la Fundación Guggenheim y Penny Mc.Call. “El fondo y la forma están claramente definidos en su trabajo. El abandono y la memoria, el sinsentido, el absurdo y la nada palpitan en toda su obra. Pero son asuntos que no están necesariamente asociados con la realidad de Colombia únicamente, sino que se entienden en un ámbito más abstracto. Como dijo Charles Merewether, “la obra de Salcedo nos afecta a todos”. Tradicionalmente la hemos asociado con la disciplina escultórica, pues es en este lenguaje en el que ha realizado la mayor parte de sus trabajos. Recordamos la presencia constante de sillas diseminadas en el espacio o sobre el muro; o en gran número abigarradas ejerciendo de pantalla entre dos edificios, como hizo en Estambul hace casi ya diez años. Son objetos encontrados, siguiendo el paradigma duchampiano, que recontextualiza en escenarios densa y violentamente connotados. Hay sillas realizadas en plomo, rotundas y pesadas como aludiendo, en su inmovilidad, a una espera eterna e intolerable. Porque en los materiales de Doris Salcedo se funden el significado y el significante. Son objetos, convertidos ahora en espectros, que activan lugares y espolean la memoria colectiva (2).”

Hay un hecho artístico que marca su carrera y que le permite a la crítica reconocer la capacidad de Doris, fue en 2007, cuando fue seleccionada para intervenir la Sala de la Turbinas de la Tate Modern londinense en la edición anual auspiciada por Unilever. Convertida ya en paradigma del espectáculo, la Sala de las Turbinas es un reto para cualquiera. Artistas como Doris Salcedo o Miroslaw Balka no estarían, en principio, llamados a entender el concepto (ni a aceptar la propuesta). Pero Salcedo aceptó y sorprendió a la comunidad artística con un trabajo imponente, una enorme grieta que recorría la sala de principio a fin. Decía la artista que era una referencia al racismo, a la prepotencia occidental y su política de inmigración, pero las diferentes interpretaciones, tal era su capacidad evocadora, reverberaban en el vacío inmenso de la sala. Salcedo restó aquí en vez de sumar, se apropió del lenguaje conceptual y subvirtió códigos, y supo, en definitiva, situarse en las antípodas de sí misma para recitar su inquebrantable discurso. Es en este tipo de escenarios, tan adversos, donde se espera la grandeza del artista.

Este es un homenaje, a un artista que sobrepaso hace mucho tiempo el ámbito local y constituye para el mundo una forma de pensar y contextualizar a través de la obra de arte, en los temas y problemas más graves de la humanidad.

(1)Javier Hontoria

(2) http://www.elcultural.es/noticias/ARTE/474/Doris_Salcedo_el_arte_emerge_del_suelo