domingo, 24 de octubre de 2010

LA LECTURA DIGITAL


Cada vez se impone el libro digital como una realidad inexorable. Muchos son los factores y sobre hacer el listado, pero uno solo de ellos bastaría para aceptar esta realidad: Las ventas están tres-por uno, ósea por cada tres libros digitales se vende uno impreso y aumenta la proporción exponencialmente. Vargas llosa, a propósito de las múltiples entrevista concedidas por el nobel de literatura, habló sin reservas sobre el tema y acepto este hecho sin ningún misterio. Para mí, las lecturas en mi PC y el tiempo dedicado al mismo, en textos de literatura y filosofía, para hablar tan solo de dos temas, supera con creces al impreso. Ayer, por ejemplo necesite una novela de Saul Bellow y con un buen buscador, en cinco minutos la tenía en mi PC. Gloria María Álvarez Cadavid, investigadora de la Universidad de la UPB de Colombia, hace la pregunta, que se antepone al tema: ¿que entendemos por leer?, en estos tiempos: “Ante este panorama es necesario responder una pregunta básica ¿qué es ser un lector hoy? “Desde la educación, se ha capacitado para la lectura mediante procesos de enseñanza de las competencias básicas en el uso del lenguaje, es lo que se conoce como alfabetización, tradicionalmente asociada a los libros impresos de texto. En 1986 la Unesco, ante los cambios y exigencias sociales introdujo el término alfabetización funcional, referida a las actividades que además de la lectura y la escritura eran necesarias para el buen funcionamiento y sobre todo al desarrollo de un grupo o comunidad. Hoy, a estas habilidades necesarias, se suman otras vinculadas al predominio creciente en la informatización en todas las áreas, incluso, en las relaciones sociales, hasta hablar hoy de alfabetización digital.”Tomando como base, un estudio realizado sobre la lectura, los datos entregados por esta investigadora, aun son más sorprendentes en cuanto la distancia sorprendente entre estas dos lecturas:

En un estudio realizado por el Ministerio de Educación Nacional (2006), sobre los hábitos de lectura, asistencia a bibliotecas y consumo de libros en Colombia, se contempla un ítem en donde se indagó por la lectura en Internet y resulta sorprendente que en el comparativo del quinquenio 2000 -2005, sea la lectura en Internet la que presenta un aumento más significativo en relación con la lectura de libros, periódicos y revistas.

La proporción de personas encuestadas que afirma leer revistas pasó de 26,2% en el año 2000 a 27,2% en 2005; en periódicos se pasó de 31,2% en el año 2000 a 32% en 2005; en Internet el número de personas que afirma leer en este medio aumentó de 4,9% en el año 2000 a 11,9% en 2005. En general el promedio de libros leídos disminuyó de 6 libros en el 2000 a 4,5 libros en el 2005.Otro dato revelador es el tiempo comparativo de horas dedicadas a la lectura en Internet y en otros medios: en el 2005 los colombianos dedicaron 3,5 horas diarias a la lectura en Internet y 32 minutos diarios a la lectura de libros por placer o entretenimiento.

La autora citada remata el articulo con una afirmación categórica frente al fenómeno: “Es indudable que se debe hablar más de un cambio en las formas de leer, que de una crisis de la lectura, es necesario cualificar y potenciar las horas que pasan los jóvenes en Internet, es un reto pedagógico actual que implica establecer las diferencias entre las distintas producciones de un medio electrónico, y de los medios impresos tradicionales incluido el libro. Se pueden cambiar las formas de lectura, pero ello no deberá implicar el abandono de la lectura que proporcionan los libros. Cada producción tiene un nivel de profundización diferente y pertenece a una rutina y a una necesidad distinta en la práctica lectora y especialmente en el desarrollo del conocimiento en cuya base siempre estará la lectura”.

Los precios de los libros estarán al alcance de todos, las ventas del Kindle, el IPAD, despejan cualquier duda. Llevar una biblioteca total en nuestro maletín, en todo caso es un privilegio inimaginable en otros tiempos, además de acceder a toda la prensa escrita y a una información infinita. Podremos afirmar categóricamente, los tiempos cambiaron, es in dudable que no desaparecerá el libro impreso, pero no será el más popular, de eso no hay duda.



lunes, 18 de octubre de 2010

HISTORIA DEL CERCO DE LISBOA


Mi amigo entrañable, Enrique Cortes, librero memorable de la ciudad de Bogotá, en 1990, con gran inquietud me expresó, que estaba encartado con un libro, que no se vendía tal vez por desconocimiento de su autor, pero que en su modesto criterio,  era una excelente novela. Me paso "El cerco de lisboa" de Saramago, después de su lectura, nunca deje de perseguir sus  libros.  He vuelto a leerla y definitivamente segundas lecturas son mejores.  La historia, bastante conocida: Raimundo Silva es un revisor de textos de una editorial, un personaje anodino que tiene como misión en la vida conservar la integridad de los textos que llegan a sus manos. Un día, revisando un texto histórico, toma una decisión: introducir un ¿No¿ donde debiera aparecer un ¿Sí¿ Esta determinación altera, sin duda alguna, la historia escrita, pero también va a ser fundamental en su vida personal. El conservador Raimundo Silva no volverá a ser sujeto paciente de la historia, tanto la universal como la personal, porque su acto de rebeldía le hace asumir el protagonismo que, como hombre --y por tanto ser hegemónico-- le corresponde en la vida.” Sin embargo, uno de esos superiores, una mujer llamada María Sara, decide retarlo y plantearle la redacción de un texto, de otro libro, en el que le pide que escriba una Historia del Cerco de Lisboa en la que los cruzados no hubieran ayudado a los portugueses. Empieza para el protagonista una etapa en la que se debate entre escribir el libro y agradarle a su jefa o hacer caso omiso y olvidar el asunto, no sin consecuencias. Pero cuando empieza a trabajar en él, a reconstruir esas escenografías, que son además las mismas en las que él vive y escribe, a imaginar personajes y darles vida dentro de una realidad que jamás existió, se percata de que es un compromiso consigo mismo y deja los otros encargos de la editorial a un lado iniciando entretanto una cálida relación sentimental que marcará el curso de la narración y del resultado final”. La prosa de Saramago es exquisita, de un clasicismo por fuera de ciertas vanguardias propias de estos tiempos, conocedor del idioma como pocos y en cada página aparecen reflejados los  cuidados de un relojero, prosa poética, que lo va llevando a uno a perderse en los avatares propios de la historia, que como pretexto encubre otras realidades. Se adentra en el debate histórico sobre el Portugal moderno, a partir de la salida de los Moros hace más de cuatro siglos, ambientado  en las imposturas de un corrector. También es un debate sobre la crítica, la creación, el poder de la palabra, el mundo de los editores y por supuesto la frágil posición de la humanidad frente al poder. Los autores se nos van, insoslayable realidad, que gracias a sus obras parecemos burlar.