Tengo
la mala costumbre de estar leyendo siempre muchos libros a la vez, voy alternando
lecturas de acuerdo a mi estado de ánimo, aunque siempre guardo este orden: leo
una o dos novelas, un ensayo, preferible de filosofía y algún texto de
actualidad.
Quiero
comentar sobre los últimos textos que he leído-
LA
MUJER LOCA
Juan
José Millas
Esta
es una novela alrededor de la creación literaria y el idioma, las palabras como
herramientas de comunicación: “Una joven que se siente amenazada por la lengua, ya que las
palabras se le meten en la cabeza para pedirle favores más o menos
extravagantes; una mujer que da cobijo en su casa a esta chica y que siendo víctima de una enfermedad terminal, espera
tener una muerte digna; y por último, está el propio Millás, o mejor dicho,
Millás y su doble, ya que son dos los que transitan por esta historia, donde
tal y como nos contó el tercer Millás, el autor del libro, esta es una novela
muy trabajada donde el recurso de
utilizarse a sí mismo fue imprescindible para poder sacar este proyecto
literario adelante”.Ratifica el autor en una entrevista: “La mujer loca no
solo reflexiona sobre el genio y la locura, sobre la muerte digna y sobre
la propia identidad”. La novela nace por la crisis
creativa del propio Juan José Millás, que era incapaz de escribir desde hacía mucho tiempo.
Al final de su lectura, me
refiero a mi experiencia, esta no termino de conmoverme, de llenarme, pese a
que el tema es muy sugestivo, está bien escrita, con una prosa impecable, tal
vez por la lentitud con que va asumiendo la historia, lo que nos hace estar
siempre a la espera de algo más, al final, pese a los grandes interrogantes que
asume, me parece que no cierra bien la historia con los subtemas internos
propuestos. En este libro aparece el
propio escritor inmerso en una especie de desdoblamiento, recurso que la hace
diferente a todo lo que escrito. Segundas lecturas siempre nos deparan
impresiones diferentes, espero retomarla de nuevo en estos días.
LA OCULTA
HECTOR ABAD FACIO LINCE
Asistí al lanzamiento en la
ciudad de Medellín Colombia, a la presentación de la última novela de excelente
escritor paisa. El autor
llevaba ocho años de no publicar, después del éxito de “El olvido que seremos”. El primer riesgo que tiene como como
creador, es liberarse del éxito mundial rotundo de su último libro "El olvido que seremos", los lectores harán la comparación. El otro, mantener la excelencia, difícil que
se escriban dos libros seguidos de la misma calidad, pero no sería extraño en manos
de Héctor, quien es muy juicioso, disciplinado, un apisonado a carta cabal por la literatura, un escritor comprometido con su profesión y con el talento necesario para asumir este tipo de retos. La historia gira alrededor de una finca llamada la Oculta. La
revista Semana narró como surgió esta novela, el viacrucis: Héctor
debía entregar la novela (una novela) a la editorial Alfaguara a finales del
2010, pero decidió abortar dos proyectos en el camino. En marzo de este año, en
un encuentro de escritores en Lima, Abad dejó fríos a los asistentes cuando
anunció que pensaba dejar de escribir. “Cuando vengo a estos encuentros de
escritores me siento como un cura que ha perdido la fe en una reunión de
obispos. Desde hace tiempo lo que escribo me sabe mal. Me gusta más lo que
escriben los otros. Yo he perdido la fe, yo ya no escribo”, dijo entonces”. Explica
el propio autor sobre su argumento: Es una novela que cuenta la historia de una
región a través de una finca. La cobijan temas como la familia y la tierra,
pero no la tierra desde el conflicto histórico, social o político, sino desde
un ángulo distinto: la tierra como un apego familiar y paisajístico. “Los
antioqueños tenemos una construcción de que hubo siempre como una finca
importante en la familia. Hubo una tierra que perdimos por un tío ladrón o un
abuelo borracho… todos tienen en el pasado una finca grande que iba de tierra
fría a tierra caliente. Nunca nadie la conoció pero ahí estuvo esa finca”, dijo
Abad en el auditorio del Museo Nacional. Y sin ser una novela sobre la
violencia, tampoco deja por fuera los secuestros y las motosierras, los paras y
las guerrillas”. Es un hecho que los escritores paisas, antioqueños, siempre vuelven al tema de su
terruño, de su región y creo que este es un regreso a sus orígenes,
continuando de alguna manera con “El olvido que seremos”.
Empecé su lectura con mucho
juicio, espero hacer un comentario más personal adelante.
EL HOMBRE QUE NO FUE JUEVES
De antemano confieso, todo
lo que produce este autor me gusta, me parece un escritor juicioso, estudioso,
con una prosa excelsa, bien trabajada, siempre en sus historias se cruzan temas
históricos, en este caso, del vaticano y alrededor de Chesterton, el creador del padre Brown.
En la pasada feria del
libro el autor explicó su génesis: “Fue por casualidad, mientras leía una
noticia en un periódico argentino, que el escritor payanés y columnista de este
diario Juan Esteban Constaín se encontró la historia de un curioso proceso de
canonización, que alguna vez se discutió en los corredores del Vaticano, al
genial escritor británico G. K. Chesterton. “Me pareció maravilloso, parecía
como salido de una novela del propio Chesterton. Era increíble: una petición,
elevada por los seguidores del maestro, para que la Iglesia iniciara el proceso
de su canonización. ¡Y lo mejor es que Roma estaba dispuesta a tomársela en
serio! Un amigo me dijo cuando estaba haciendo la investigación: ‘Falta el
milagro’. Le respondí que no, que allí estaba: ‘Qué más milagro que los libros
y el arte de Chesterton’ ”, anota Constaín”.
Esta novela, además de
estar bien escrita, bien estructurada, de no cansarnos, resulta ser un estudio
sobre un acontecimiento a través de uno de sus autores preferidos. Espero que
mis lectores la lean.
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