El atosigamiento de las formas febriles, la compulsión
por una comunicación que remplace la caótica realidad y nos ayude a descifrar
la intrincada naturaleza humana, por la humilde condición de ser mortales, finitos,
seres de paso sin mayor trascendencia, por la necesidad de fundamentos morales
es que la escritura se nos vuelve una necesidad, una compulsión tenaz.
Un solo verso
justifica nuestra existencia a pesar de su fragilidad: “Juego mi vida/ de todos
modos la llevo perdida/la juego contra uno o contra todo/contra el cero o el
infinito/ Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en
usufructo, o la regalo...la fuerza de un verso por ser escrito en piedra y
reflejar el alma………. La juego contra uno o contra todos/ la juego contra el
cero o contra el infinito, / a juego en una alcoba, en el ágora, en un garito,
/ en una encrucijada, en una barricada, en un motín;/ la juego definitivamente,
desde el principio hasta el fin, / a todo lo ancho y todo lo hondo/ -en la
periferia, en el medio, / y en el sub-fondo...-
La excepción de
la lectura, permite la entrada a otros mundos, el texto constituye un universo irrepetible, la narrativa inmortaliza
al hombre en su lucha intrincada por sobrevivir. El texto es independiente. Steiner afirma: “Decir que ha
ocurrido una revolución lingüística es ya un lugar común. La idea de que la
codificación y transmisión de informaciones ordenadas es crucial para el hombre,
no sólo es básica en el campo de la filosofía, la lógica, la teoría social, y
el estudio de las artes, sino que ocupa una condición central en las ciencias biológicas”.
Las letras han producido una revolución radical en la imagen del hombre(Steiner).
La ficción afecta la realidad (Piglia sobre Borges). La derrota de la cultura
ante la barbarie capitalista que en su voracidad se robó la palabra para sí, la
convirtió en una mercancía, es la interpretación Marxista del texto. El libro es un objeto susceptible de ser comercializado. La ideología de hecho también, es el corpus de una teoría sobre la sociedad.
La
novela y la crítica mantiene sus responsabilidades al unísono
con la sociedad. Una revista de psicoanálisis colombiana expresaba hace 20 años: “El
misterio que aún encierra la escritura no deja de evocar la sacralidad que le
fue acordada en sus orígenes. Difícil desalojar esa condición con el gesto
prepotente del técnico. Si la escritura nos llama o nos atrae y hasta nos
empuja, es quizá porque estamos cansados hasta el atosigamiento de la invasión
de las imágenes. Bellas formas que nos obligan a trasegar los caminos de la
servidumbre. Tan distantes de la escritura donde nos sabemos frágiles,
vacilantes, ignorantes. Afortunadamente ante semejante enigma; restituimos así
un lugar para la subjetividad” (Desde el jardín de Freud. Universidad nacional
de Colombia).
La novela tiene siempre de centro al hombre, en esa búsqueda por la verdad y la realidad
como acontecimiento, tema abierto desde el nacimiento de la novela moderna (El
Quijote) con todo el contexto histórico, en pleno descubrimiento de américa, se amplía el
horizonte y la perspectiva, aportando un giro lingüístico, las palabras
amplían su espectro, asumen el destino como fatalidad, la sacralidad y la razón
como dogma en un mundo lleno de intereses procaces e inmorales. Fue desde el
pluralismo lingüístico que la crítica busca el papel del hombre desde la novela.
Estos grandes
escritores Nabokov, Borges, Beckett es necesario entenderlos para saber los
efectos de la revolución del lenguaje sobre el modo de entender la literatura. Con
la multiplicidad de las publicaciones, la crítica debe asumir el papel que le
corresponde, no sólo descifra e interpreta el valor de las nuevas obras, sino
que orienta al lector.
La historia
de la crítica, variopinta y llena de cambios, con su mirada aguda, trasluce en todos los momentos y movimientos
hasta la llegada del Boom latinoamericano, donde la palabra en la novela adquiere
su función más precisa, justa, aparece el lector profesional, con una mirada
igualmente distinta, la ficción adquiere una categoría sin igual. A este momento
antecede el positivismo, el realismo y naturalismo, el romanticismo, las grandes
obras de la literatura rusa, francesa e inglesa, la novela norteamericana por
supuesto.
Entonces el
libro y la crítica contemporánea se baten en otros ámbitos. Steiner en “Extraterritorialidad”
estudia el papel de la revolución lingüística en esta consolidación. Los
lectores, que al final escogemos que leer, tenemos un universo amplio, siempre
al final, la lectura afecta nuestra realidad, la ficción adquiere un rol
preponderante. Por ello el papel de la crítica debe ser más responsable.
En todo caso en la expresión de Borges, la lectura tiene objetivos más nobles: "Juzgo la literatura de un modo hedónico —dijo en otra entrevista—. Es decir, juzgo la literatura según el placer o la emoción que me da".
Está claro "Borges pone a los autores por encima de los
movimientos literarios, a los que al comienzo de la clase sobre Dickens
define como una «comodidad» de los historiadores. Aunque no olvida
las características estructurales de los textos estudiados, Borges se
concentra sobre todo en la trama y en la individualidad de los autores.
El programa incluye textos que el escritor ama, y esto lo demuestra
constantemente en su fascinación al narrar los argumentos y las
biografías"( Introducción a clases de literatura inglesa).
La novela tiene un estructura, responde a formalidades, herramientas predeterminadas para crear un universo narrativo. Las influencias en la literatura son de suma importancia. Pedro Páramo constituye el punto de partida de Gabo para poder contar y escribir su texto, "Cien Años De Soledades" de hecho venía buscando ese recurso desde los 17 años. En alguna parte de "Pedro Páramo" gabo encuentra la clave: "El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de la cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir. Fue la noche en murió Miguel Páramo". Gabo empezaría su obra magna: "Mucho tiempo después frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre en que su padre lo llevó a conocer el hielo".
"Cien Años De Soledad" no hubiera sido posible sin "Pedro Páramo"y este sin el "Cartucho" de Nellie Campobello. La intertextualidad constituye otro recurso insustituible, el texto se sobrepone a la realidad desde otros textos.
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