martes, 17 de noviembre de 2020

LA CRÍTICA LITERARIA

 


El atosigamiento de las formas febriles, la compulsión por una comunicación que remplace la caótica realidad y nos ayude a descifrar la intrincada naturaleza humana, por la humilde condición de ser mortales, finitos, seres de paso sin mayor trascendencia, por la necesidad de fundamentos morales es que la escritura se nos vuelve una necesidad, una compulsión tenaz.

Un solo verso justifica nuestra existencia a pesar de su fragilidad: “Juego mi vida/ de todos modos la llevo perdida/la juego contra uno o contra todo/contra el cero o el infinito/ Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo...la fuerza de un verso por ser escrito en piedra y reflejar el alma………. La juego contra uno o contra todos/ la juego contra el cero o contra el infinito, / a juego en una alcoba, en el ágora, en un garito, / en una encrucijada, en una barricada, en un motín;/ la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin, / a todo lo ancho y todo lo hondo/ -en la periferia, en el medio, / y en el sub-fondo...-

La excepción de la lectura, permite la entrada a otros mundos, el texto constituye un universo irrepetible, la narrativa inmortaliza al hombre en su lucha intrincada por sobrevivir. El texto es independiente. Steiner afirma: “Decir que ha ocurrido una revolución lingüística es ya un lugar común. La idea de que la codificación y transmisión de informaciones ordenadas es crucial para el hombre, no sólo es básica en el campo de la filosofía, la lógica, la teoría social, y el estudio de las artes, sino que ocupa una condición central en las ciencias biológicas”. Las letras han producido una revolución radical en la imagen del hombre(Steiner). La ficción afecta la realidad (Piglia sobre Borges). La derrota de la cultura ante la barbarie capitalista que en su voracidad se robó la palabra para sí, la convirtió en una mercancía, es la interpretación Marxista del texto. El libro es un objeto susceptible de ser comercializado. La ideología de hecho también, es el corpus de una teoría sobre la sociedad.

La novela y la crítica mantiene sus responsabilidades al unísono con la sociedad. Una revista de psicoanálisis colombiana expresaba hace 20 años: “El misterio que aún encierra la escritura no deja de evocar la sa­cralidad que le fue acordada en sus orígenes. Difícil desalojar esa condición con el gesto prepotente del técnico. Si la escritura nos llama o nos atrae y hasta nos empuja, es quizá porque estamos can­sados hasta el atosigamiento de la invasión de las imágenes. Bellas formas que nos obligan a trasegar los caminos de la servidumbre. Tan distantes de la escritura donde nos sabemos frágiles, vacilantes, ignorantes. Afortunadamente ante semejante enigma; resti­tuimos así un lugar para la subjetividad” (Desde el jardín de Freud. Universidad nacional de Colombia).

La novela tiene siempre de centro al hombre, en esa búsqueda por la verdad y la realidad como acontecimiento, tema abierto desde el nacimiento de la novela moderna (El Quijote) con todo el contexto histórico, en pleno descubrimiento de américa, se amplía el horizonte y la perspectiva, aportando un giro lingüístico, las palabras amplían su espectro, asumen el destino como fatalidad, la sacralidad y la razón como dogma en un mundo lleno de intereses procaces e inmorales. Fue desde el pluralismo lingüístico que la crítica busca el papel del hombre desde la novela.

Estos grandes escritores Nabokov, Borges, Beckett es necesario entenderlos para saber los efectos de la revolución del lenguaje sobre el modo de entender la literatura. Con la multiplicidad de las publicaciones, la crítica debe asumir el papel que le corresponde, no sólo descifra e interpreta el valor de las nuevas obras, sino que orienta al lector.

 Si el quijote es un héroe regido por un texto (Zuleta), cual es la posición de la crítica y en qué condición queda el lector, sin lector no hay novela, el texto se da a la luz cuando el lector le abre, lo lee, entra en su mundo. Borges afirmó que los buenos lectores “Son cisnes aún más tenebrosos que los buenos autores”.

La historia de la crítica, variopinta y llena de cambios, con su  mirada aguda, trasluce en todos los momentos y movimientos hasta la llegada del Boom latinoamericano, donde la palabra en la novela adquiere su función más precisa, justa, aparece el lector profesional, con una mirada igualmente distinta, la ficción adquiere una categoría sin igual. A este momento antecede el positivismo, el realismo y naturalismo, el romanticismo, las grandes obras de la literatura rusa, francesa e inglesa, la novela norteamericana por supuesto.

Entonces el libro y la crítica contemporánea se baten en otros ámbitos. Steiner en “Extraterritorialidad” estudia el papel de la revolución lingüística en esta consolidación. Los lectores, que al final escogemos que leer, tenemos un universo amplio, siempre al final, la lectura afecta nuestra realidad, la ficción adquiere un rol preponderante. Por ello el papel de la crítica debe ser más responsable.

En todo caso en la expresión de Borges, la lectura tiene objetivos más nobles: "Juzgo la literatura de un modo hedónico —dijo en otra entrevista—. Es decir, juzgo la literatura según el placer o la emoción que me da".


Está claro "Borges pone a los autores por encima de los movimientos literarios, a los que al comienzo de la clase sobre Dickens define como una «comodidad» de los historiadores. Aunque no olvida las características estructurales de los textos estudiados, Borges se concentra sobre todo en la trama y en la individualidad de los autores. El programa incluye textos que el escritor ama, y esto lo demuestra constantemente en su fascinación al narrar los argumentos y las biografías"( Introducción a clases de literatura inglesa).

La novela tiene un estructura, responde a formalidades, herramientas predeterminadas para crear un universo narrativo. Las influencias en la literatura son de suma importancia. Pedro Páramo constituye el punto de partida de Gabo para poder contar y escribir su texto, "Cien Años De Soledades" de hecho venía buscando ese recurso desde los 17 años. En alguna parte de "Pedro Páramo" gabo encuentra la clave: "El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de la cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir. Fue la noche en murió Miguel Páramo". Gabo empezaría su obra magna: "Mucho tiempo después frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre en que su padre lo llevó a conocer el hielo".

"Cien Años De Soledad" no hubiera sido posible sin "Pedro Páramo"y este sin el "Cartucho" de Nellie Campobello. La intertextualidad constituye otro recurso insustituible, el texto se sobrepone a la realidad desde otros textos. 

No hay comentarios: