sábado, 15 de noviembre de 2025
SIEMPRE ESPERO QUE VUELVAS
viernes, 14 de noviembre de 2025
QUERIDAS LECTORAS, QUERIDOS LECTORES (ANAGRAMA 7 NOVIEMBRE 2025)
En la mitología griega, Caronte, el barquero del inframundo, transporta las almas de los muertos a través del río Aqueronte (o del Estigia, o del Cocito, según la versión) hacia el reino de Hades. Ese trayecto en el agua simboliza el paso de la vida a la muerte, y Caronte lo realiza con dos condiciones: que el difunto haya recibido un entierro adecuado y que su cuerpo tenga una moneda en la boca o sobre los ojos como pago. Cruzar hacia la eternidad tiene un precio.
Nils Vik no es Caronte, pero también tiene una barca y habla con los muertos. Es un anciano viudo que ha trabajado toda su vida pilotando, en un fiordo noruego, un ferri que tiene el nombre de su esposa fallecida: Marta. Su trayectoria vital y laboral ha sido rutinaria y estable, transportando a muchas personas de un sitio a otro. Así ha logrado ver infinidad de situaciones y conocer a modelos, primeros ministros, médicos, investigadores… Como un Caronte contemporáneo, acompañaremos a Nils en su último día de vida, en el que toma el barco para emprender un viaje final en el que se reencontrará, navegando por el fiordo, con las almas de todos aquellos que un día, hace tiempo, fueron sus pasajeros.
El paso de la laguna Estigia, Joachim Patinir, 1520-1524. |
En la mitología griega, Caronte, el barquero del inframundo, transporta las almas de los muertos a través del río Aqueronte (o del Estigia, o del Cocito, según la versión) hacia el reino de Hades. Ese trayecto en el agua simboliza el paso de la vida a la muerte, y Caronte lo realiza con dos condiciones: que el difunto haya recibido un entierro adecuado y que su cuerpo tenga una moneda en la boca o sobre los ojos como pago. Cruzar hacia la eternidad tiene un precio.
Nils Vik no es Caronte, pero también tiene una barca y habla con los muertos. Es un anciano viudo que ha trabajado toda su vida pilotando, en un fiordo noruego, un ferri que tiene el nombre de su esposa fallecida: Marta. Su trayectoria vital y laboral ha sido rutinaria y estable, transportando a muchas personas de un sitio a otro. Así ha logrado ver infinidad de situaciones y conocer a modelos, primeros ministros, médicos, investigadores… Como un Caronte contemporáneo, acompañaremos a Nils en su último día de vida, en el que toma el barco para emprender un viaje final en el que se reencontrará, navegando por el fiordo, con las almas de todos aquellos que un día, hace tiempo, fueron sus pasajeros.
El día que Nils Vik murió es un libro sobre la muerte y la vida. Sobre las últimas decisiones. Sobre el tiempo. Sobre el recuerdo. Pero también sobre el duelo. Desde que a Nils se le murió su esposa, «el frío se extendió por las habitaciones y se le metió en el cuerpo». ¿Cómo seguir viviendo después de la pérdida? Esta es la pregunta que Massimo Recalcati se hace en su reciente ensayo sobre el duelo, La luz de las estrellas muertas. Para el psicoanalista italiano, la condición básica del duelo es la sensación palpable entre las personas del objeto perdido. Eso mismo es lo que le ocurre a Nils: en su último día de vida, los cuerpos que algún día existieron se hacen presentes. Y entre ellos está el de Marta.
Después de perder a su madre, Roland Barthes escribió un precioso libro sobre el duelo, en el que afirma que la muerte cambia a los sujetos porque es imposible seguir deseando lo que uno antes deseaba: el duelo consiste en esperar que un nuevo deseo aparezca. En el caso de Nils, parece que el deseo se le ha agotado y que el recuerdo de su esposa, Marta, se convierte en una presencia más fuerte de lo que nunca ha sido. En su funeral, cuando sacaron el ataúd, Nils dio unos golpecitos en un lado con su alianza de boda, como diciendo: «Nos vemos pronto, amor mío», cuenta su hija Eli. Desde ese momento, el espectro de Marta se hace presente, cobra vida: ¿cómo puede ser que haya personas que renacen al morir?.
Recalcati llama a eso «angustia melancólica», cuando el objeto perdido se retiene de forma obstinada en una suerte de prolongación física y no empieza el trabajo del duelo. El objeto ya no está, escribe el psicoanalista, pero el sujeto lo ha incorporado en él mismo, lo ha convertido en algo propio, en una introyección imaginaria que niega la pérdida real. Hay duelos que son imposibles y que se cristalizan en añoranzas inconsolables. «La vida después de Marta», escribe el narrador. ¿Existe? ¿Es posible? ¿Cómo seguir viviendo?.
Novedades
De la semana
Arrancamos el mes de noviembre con la incorporación al catálogo de Eliza Barry Callahan, que debuta con La prueba de audición, traducido por Rita da Costa. Una novela magistral sobre la naturaleza del sonido y el silencio que adopta la escritura como método para fijar una realidad que se torna, de repente, incomprensible, y de la que os explicamos más aquí.
Seguimos con Una noia a la ciutat, de Mercè Ibarz, Una chica en la ciudad, en castellano, una exploración de la memoria íntima de la autora a partir de su llegada a Barcelona en 1971, que es a su vez una crónica poética, testimonio generacional y retrato vívido de unas calles cuya piel no ha dejado de cambiar.
Para acabar, publicamos Nadie me esperaba aquí. Apuntes sobre el desclasamiento, de Noelia Ramírez, una reflexión en primera persona sobre los orígenes, la pertenencia, el privilegio, los relatos dominantes y la impostura de la autenticidad.
Píldoras
Para estar al día
Espectros noruegos
La travesía de Nils Vik en su último día de vida se llena de fantasmas y presencias del pasado. Luna, su perrita fallecida hace tiempo, atropellada por un camión, es la primera que aparece: como un guía en los bajos fondos del Hades, Luna acompaña a Nils. Frode Grytten, que ha ganado con esta delicada historia el Premio Brage, el más importante de las letras noruegas, no es el primer autor nacional que escribe sobre fantasmas: el dramaturgo Henrik Ibsen firmó la conocida Espectros, una de las obras más famosas del teatro moderno, en la que los fantasmas no son presencias sobrenaturales, sino fuerzas invisibles del pasado que aún dominan el presente. Los personajes de la obra no pueden liberarse de ellos, y es así como se hacen presentes los secretos familiares, las enfermedades heredadas, las voces de los muertos. No es casualidad, pues, que Nils acompañe a su hija a ver una obra de Ibsen al teatro: Solness, el constructor, un Prometeo moderno que se rebela contra Dios, de la misma forma que Nils se rebela contra la muerte.
Hedvig Winterhjelm y August Lindberg en la representación sueca de Espectros, 1883. 18 de noviembre: el día eterno Nils Vik decide que el 18 de noviembre será su último día de vida: antes de salir de casa, se pregunta si hay algo más que hacer. ¿Debe llevarse algún objeto? «¿Qué se lleva uno consigo cuando sabe que no va a regresar?» Da cuerda al reloj y lo pone en hora. Siete menos cuarto. Dieciocho de noviembre. Ese es su último día. La literatura escribe preciosas y grandes casualidades, porque ese día es el mismo en el que el tiempo se queda parado en El volumen del tiempo: el 18 de noviembre, Tara Selter se acuesta en un hotel parisino y, al levantarse al día siguiente, vuelve a ser el mismo día. Así es como empieza el bucle temporal de una de las mejores sagas nórdicas de los últimos tiempos. ¿Casualidad? Puede que ese día tenga algo mágico: podemos pensar que es el último día de Nils, o que, como ocurre con Tara, es el inicio de la eternidad. | |||
| Fuera De pagina | El contrabando ejemplar de Pablo Maurette , ganador del 43.º Premio Herralde de Novela | El pasado lunes 3 tuvo lugar la entrega del Premio Herralde de Novela que en esta ocasión ha recaído en El contrabando ejemplar de Pablo Maurette. El jurado de la 43.ª edición, compuesto por la librera Cecilia Fanti, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y la editora Silvia Sesé, ha destacado que con «poderosa imaginación» la obra es «un relato familiar, una novela policíaca imposible y el bosquejo de la historia de un país». El contrabando ejemplar llegará a las librerías de España y Latinoamérica el 26 de noviembre. ¡Enhorabuena, Pablo! «Adaptarme a mí mismo ha sido una experiencia traumática» Hoy llega a las salas de cine Siempre es invierno de David Trueba, basada en su novela Blitz. El filme marca la primera vez que el director lleva uno de sus libros a la gran pantalla, una experiencia que él mismo describe como «traumática». La historia está protagonizada por David Verdaguer, en el papel de un arquitecto paisajista cuya vida da un vuelco durante un viaje a Bélgica, donde rompe con su pareja (Amaia Salamanca) y comienza una relación con una mujer mayor que él (Isabelle Renault). Bajo el destello de un relámpago, que es exactamente lo que significa la palabra blitz, tendrá que afrontar un cambio de vida y de ideales. Delphine de Vigan y Bernhard Schlink, ganadores del Premio Novela Europea El Casino de Santiago se llenó el pasado martes 28 de octubre para acoger el coloquio con los ganadores del Premio Novela Europea: Delphine de Vigan, por Los reyes de la casa, y Bernhard Schlink, por La nieta. En el encuentro, presentado por Maribel Martín, participaron miembros de los clubes de lectura que debatieron sobre las obras finalistas de esta 18.ª edición del galardón. «No soy un robot»: seminario en línea Del 13 de noviembre al 12 de diciembre tendrá lugar el nuevo seminario virtual «No soy un robot. Conocimiento, narrativa y lectura en tiempos de IA», que constará de cinco sesiones conducidas por Ariana Harwicz, Juan Villoro, Mariano Peyrou, Neige Sinno y Víctor Balcells. |
miércoles, 12 de noviembre de 2025
LOS PRIMEROS AÑOS (TERCER RELATO MA)
En un día lluvioso de octubre, exactamente el 22 del 2003 nací. Soy la hija primogénita de un hogar que me esperaba con mucha ansiedad y amor. A partir de esa fecha fui la razón de su existencia y su ángel. Tres años después nació mi hermano Andrés, fue un primero de junio del 2006, quien ha sido mi compañero incondicional y a ratos mi enemigo. En el 2009 nació mi otro hermano, Felipe. Realmente somos un triunvirato loco, lleno de amor y con cierta dosis de perversidad. En estos años Colombia había fracasado en uno de los procesos de paz más osados con la FARC, la guerrilla más grande del mundo y quienes intentaron tomarse el poder por más de cuarenta años. El secuestro, la toma de pueblos, las bombas, eran la constante en mi país. Soy de Liborina, del occidente de Antioquia. Crecí en medio de la guerra, fue corriente verlos pasar por el patio de la casa, acampar en el mismo e incluso jugaba con los hijos de los comandantes, cuando los veía a lo lejos, caminando hacía el pueblo, me alegraba de sobremanera. No tengo referencias malas de su presencia, diferente a mi madre quien sufría mucho con ellos, siempre se imaginaba consecuencias nefastas, sobre todo si llegara a producirse una confrontación con el ejercito, que es lo más corriente. Después por esas connotaciones de vivir en un país lleno de contradicciones, no supe nunca cual de los bandos era peor. En mi país la tragedia la vive inexplicablemente la población civil. El presidente electo encarnaba la derecha y su mandato lo llamó la seguridad democrática.
La vida de provincia es sencilla, familiar, tranquila en el fondo. Mi pueblo es agrícola y ganadero. Se sufre por todo, menos por comida. Es lo que llamamos, una región montañera y en el fondo me siento así. Crecí al lado de mi abuelos maternos, de ellos recibí solo amor y mucha compañía. Recuerdo con mucha fijación y agradecimiento a mi tías Ana y Ofelia. Son matronas de pura cepa, antioqueñas de la vieja guarda, conservadoras a morir, muy pendientes de su casa y excelentes cocineras. Aun hoy añoro el sudado de pollo que preparaban los domingos.
El mundo había consolidado la globalización y la apertura para esa década. Nací en plena revolución de las tecnologías, de la información y del conocimiento. Pertenezco a la generación z. Recuerdo con mucha nostalgia mi diccionario Larousse. Un libro muy pesado, mi mejor compañero después de mis hermanos. (continuará)
lunes, 10 de noviembre de 2025
ÁLVARO OJEDA UN AMIGO ENTRAÑABLE
Todo conocimiento cristiano, por estricta que sea por lo demás su forma, es y debe ser inquietud; pero esta inquietud misma edifica. Es inquietud es el verdadero comportamiento con respecto a la vida, con respecto a nuestra realidad personal y, por consiguiente, para el cristiano, es la seriedad por excelencia. La altivez de las ciencias imparciales, lejos de ser una seriedad todavía superior, no es para él más que farsa y vanidad. Pero lo serio, os digo, es lo edificante.
Del prologo "del tratado de la desesperación" de Soren Kierkegaard.
Cuando pienso en mi amigo entrañable, de muchos años, con el que he compartido lo humano y lo divino, pienso en San Agustín por gracia de su conversión, su entrega a Dios, a una fe de manera absoluta y sin un ápice de duda muy a pesar de ser el hombre un ser desde la moral y la virtud muy vulnerable, cercano al pecado para decirlo en términos cristianos. Las Confesiones son consideradas la primera autobiografía occidental en la que un autor examina su vida interior y su desarrollo espiritual de forma tan detallada, sirviendo de modelo para futuros escritores cristianos. Su estilo retórico, su profundidad psicológica y su exploración de conceptos como la naturaleza del mal y la teoría del tiempo siguen siendo objeto de estudio e inspiración. fue un camino de búsqueda incansable de la verdad y la felicidad que culminó en una profunda conversión al cristianismo a los 32 años. El punto culminante de su vida fue su dramática conversión, un proceso que él describe como un "itinerario afectivo" de ordenar sus amores hacia Dios.
Álvaro le conocí en el Instituto Caldas de Bucaramanga, Colombia, cuando apenas era un joven lleno de vida, cargado de energía, con un optimismo sin par y una alegría contagiante. En la medida en que fuimos conociéndonos y fomentando una amistad de altos y bajos, que duraría toda la vida, en nuestro primeros encuentros y charlas extensas, me entere la tristeza silenciosa que siempre le acompaña y el dolor en esos días que le produjo la muerte temprana de su madre. Hay sucesos que el razonamiento no es capaz de dilucidar y que el alma contenida carga sin tregua alguna. Aún así, cumplía con sus obligaciones, mantenía comunicación permanente con sus tres hermanos y tenía objetivos claros sobre lo que sería su futuro. Álvaro siempre ha sido un tipo ordenado de sobremanera, bien parecido, madrugador y bien informado debido a un espíritu inquieto y muy curioso. Siempre lo acompañó una buena dosis de locura, coqueto por antonomasia y una conversación lucida y grata, virtudes que aún conserva. ahora con los años y su fe, en las justas proporciones. Cómo lo trae a colación en su proceso evangelizador podría repetir su predica que encajaría perfecto, pues así lo hizo después en su vida, para llegar a un equilibrio que hoy lo enaltece: “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.”
Después por cosas inexplicables del destino, pero en esas trampas que el azar impone a nuestra vida, volvimos a encontrarnos en Barranquilla, una ciudad costera, pujante, caribe al 100%, abierta y que para nosotros personas del interior, su actitud y forma de ser, era algo nuevo y extraño, en todo caso, muy agradable y fiestero, más allá de lo habitual. Sus gentes alegres nos agradaban e impresionaban, nada es problema para ellos. Trabajaba como vendedor de una empresa de repuestos si mi memoria no me traiciona, ya estaba casado, tenía un hijo y vivía con otro amigo mío, ingeniero de la universidad industrial de Santander, Carlos. Fueron cuatro años o cinco entrañables, inolvidables, llenos de anécdotas y de crecimiento. Los triunfos de mi amigo nos llenaron de orgullo y le vimos ascender con esfuerzo y basado en el cumplimiento de su trabajo y de sus metas. También fueron años de locura, charlas interminables alrededor de unas cervezas, nuevos amigos y tragedias personales, hablo de mí, los dos las supimos alivianar.
Vino su nombramiento en una multinacional, vivir en Cali, en Bogotá, viajar por muchas partes del mundo, consolidar su hogar y seguir creciendo a nivel profesional. Leyendo la biografía de San Agustín, las etapas de su vida estuvieron marcadas por tres periodos, pensé también en su primera etapa, narrada en su excelente autobiografía: Relata su infancia, adolescencia y juventud, su educación en Cartago, su carrera como retórico en Milán y Roma, y su gradual alejamiento del maniqueísmo. Describe su crisis espiritual y su eventual conversión al cristianismo bajo la influencia de San Ambrosio y su madre Mónica. Para mí, lo narrado sobre Álvaro, sería una primera etapa. Si quisiera contar su vida o novelarla, hablaría de muchos hechos puntuales que vivió mi amigo por esta época.
La segunda etapa de la vida de Álvaro fue crucial para su conversión. Su hijo creció, se hizo hombre, se graduó de abogado, se separó de su primera esposa, entró en una fase existencial y crisis verdaderamente difícil. Fue un período de profunda turbulencia, disruptivo, pero de reflexión y de encuentro con sigo mismo y con Dios. Creo que todo esto paso a finales del siglo XX y principio del siglo XXI. Difícil describir este momento. Se me viene una aseveración de un crítico llamado Berdiaev sobre los "hermanos Karamazov y por supuesto Dostoievski, él escribió: "Aceptando que todo lo esencial en el hombre, es decir, todo lo que conoce y hace, se debe a un principio absoluto semejante a él, debe quedar por determinado por qué la fe en Dios y la fe en el hombre convergen en una completa y total verdad para Dostoievski: la plenitud absoluta. Si el ser humano no es un fenómeno natural sino una exclusividad, un microcosmos y el centro de toda la existencia, se comprende entonces que en él se encuentra “el enigma de la vida universal. [Por lo que para Dostoievski] resolver el problema del hombre significa resolver el problema de Dios”. Muchas cosas debieron aparecerle súbitamente a Álvaro, sólo el lo sabe, pero el cambio fue absoluto, la entrega a Dios total, en otras palabras, es un seguidor de Jesús, alguien que cree que él es el Hijo de Dios, que murió por los pecados de la humanidad y resucitó. Álvaro es un convencido que él señor, te da vida, aire para respirar, comida para comer, una casa para vivir, ropa para ponerte, gente a tu alrededor para amar, lujos para disfrutar. ¡Qué buen padre es! El hecho de que Él sea tan poderoso, por supuesto, plantea la pregunta: ¿Qué pasa si las cosas salen mal? ¿Cuándo se detiene mi trabajo, cuando mi cuerpo se debilita, cuando las relaciones van mal? Luego hay algunas certezas, pero igual muchas incertidumbres y miseria en el mundo, dónde esta Dios?. Mi amigo tendrá la respuesta adecuada que mi racionalismo es incapaz de dar, de eso estoy seguro.
Su credo le ha permitido asumir la vida de otro modo, más humilde por supuesto, lleno de esperanzas y siempre atento a cumplir los designios de Dios. Ser buen samaritano diría. Se que es un error vivir demasiado en el pasado o en el futuro, epíteto me enseñó que el presente es lo real, lo que existe, mi presencia, estar ahí, por ello siempre debo asegurarme de estar más presente y en el hoy. He aprendido a disfrutar el viaje de la vida no solo por lo que logramos y su éxito material, sino simplemente por convertirnos en nosotros mismos y la emoción y el desafío del crecimiento personal. En esencia, eso es lo que significa vivir una buena vida: una vida feliz, rica y plena. Creo que Álvaro cree lo mismo, pero siempre en compañía y aceptando a Dios como ser supremo.
Ahora vive tranquilo, hace parte de lo que se denomina el plan divino, se preocupa por su prójimo màs cercano, evangeliza y comparte con su esposa, cristiana como él y su hija, está pendiente de sus amigos, soy fiel testigo de su amistad y bondad, además, se preocupa por sus hermanos y sobrinos. Este podría ser el proyecto de una novela corta. Álvaro es un ejemplo de que todos podemos cambiar en la vida. Quisiera aprender màs de sus predicamentos, la vida dirá cual será el tercer periodo de su vida y como terminará. Solo Dios lo sabe me contestaria mi amigo con una sonrisa estridente.