Hoy se cumple el primer
aniversario de tu partida, en los últimos días pese al dolor y el peso de tu
ausencia he tratado de comprender lo sucedido, cuando la fatalidad se impone, la
vida tiene que seguir su ritmo, la nostalgia y la tristeza son apenas
compañeras de viaje. Es mejor tratar de
entender lo que pasó y actuar en consecuencia. Arreglárseles con tu ausencia es
casi un imposible, pero la he podido sobre-llevar porque tu estas en cada cosa que hago, es como
sí la estela de tu espiritualidad me marcará, siempre fui feliz con esa
pedagogía que sabias impartir entre la rutina y los quehaceres, eso que los
filósofos llaman aprendizaje, que muy poco tiene que ver con la educación, esta es más cercana al conocimiento, ahora
es más intensa esta sensación, me pareces que siempre estas observándome. Ayer, en esos
festivos largos de lunes, innecesarios, que parecen sobrar, viendo con tus
hijos la saga de las películas de Georgos Lukas, te recordamos, cuando asumiste ver la serie “Lost” sin tregua alguna, una verdadera maratón, tres fines
de semana enteros en compañía de Santiago, anulaste las demás actividades, supimos
comprender tu compulsión. A propósito, Santiago está volviendo a ver la serie,
pienso que es cómo un homenaje, cómo un buen recuerdo a tantos días al lado
tuyo, tratando de entenderla al fin. Ana hay cosas que nunca se nos olvidan,
son huellas indelebles. Te sabías todos los discos del mundo, todas las
baladas, todos los tangos. Tenía los nombres de los cantantes, con sus
compositores y anécdotas, los traía a colación cuando alguien hablaba con
ligereza, siempre hay personas que traen datos mentirosos, sin rigor para
distraerse un poco, tú los corregías implacablemente. odiabas las imposturas.
En el caso de los tangos fue más curioso, decías tajantemente: A mí no me
gustan los tangos….siempre a la pregunta de por qué sabías las letras de todos
los tangos, respondías con vehemencia pero con indiferencia: Me tocó oírlos
todos, por muchos años en Manizales, que más iba hacer, mi madre los oía el día
entero, imposible no aprenderlos. Lo mismo pasaba con los artista de cine, con
los de la farándula nacional, con todo lo que tuviera que ver con Harry Poter,
con “El Señor de los Anillos”, con las novelas de Jean Austen……fue una lectora de
miedo sin las arrogancias de los lectores de oficio, leyó todo Paul Coello sin importarle toda la
arremetida de los intelectuales contra sus libros, a mi me gustan y eso basta decías.
Recuerdo tus silencios,
significaban siempre algo, encubrían preocupaciones mayores, solías tener una
reserva para todo, fue una actitud inexplicable que tenía que ver con su
psicología, con esa forma de ser tan particular, recatada, contenida, cuando
había algún problema o iba a tomar una decisión importante, iba tratando de
resolverlo en medio de silencios sepulcrales, como paréntesis intensos, era imposible interpretar a cabalidad estos
lapsos misteriosos, hasta que hablabas con
magisterio y rigor, tomaba decisiones casi siempre irreversibles. Nunca
fuiste aburrida y menos pesimista, por ello, tu risa resulta inolvidable, con
el humor intempestivo, repentista e inteligente con el cual nos sorprendías.
Este año ha sido muy duro.
Los niños han seguido su vida como valientes, llenos de esa alegría que les
enseñaste, aquella que se sobre-pone a las dificultades, todos los días te
recuerdan, secándole un poco el quite al
peso de tu ausencia, siempre te traen con algún pretexto, en ocasiones se llenan de tristeza, callan y
se aferran a los recuerdos, empiezan a contar anécdotas para obviar el dolor, son
espacios de un saudade enrarecido, al final terminan recordándote con
admiración y orgullo.
Pienso muchas veces, cuando
muera que recordarán mis hijos, que queda. Contigo aprendí que, él ejemplo nunca
lo olvidan, se vuelve hábito y aquellas enseñanzas morales con las que no se
tranza, las que tu impusiste sin ambages.
Fuiste muy rígida con el deber, con la sinceridad, con las obligaciones que son
necesarias y a las que no debemos esquivar. No hablabas de nadie, ni permitías comentarios
maledicentes, por ciertos que pudieran ser, esto era un virtud celestial,
cuando digo nunca, es nunca, esta era una categoría moral para ti.
Hoy quedó inscrito Santiago
en la universidad de Antioquía, duramos dos días de ires y venires, atendiendo
requerimientos burocráticos, se como estarías orgullosa de tu Santi, este es mi
hijo dirías, quedó de 26, increíble, el es hechura tuya. Cuando salimos y no
dijeron, está inscrito nos miramos y pensamos en ti, hablamos de ti y te
pedimos ayuda.
En la vida estamos rodeados de
pocas personas, hablo de aquellas que nos quieren, que se preocupan por
nuestra suerte, antes de nuestra generación las familias eran más grandes y
comprometidas, hoy no, los círculos se empequeñecieron y la solidaridad es reducida
a un círculo muy pequeño. Nadie espera en estos momentos ayuda de dinero, pero
sí, compañía. realmente es muy poca, pero no es para amargarse, no le podemos
pedir a los otros lo que no damos, el mundo responde a lo individual, la
familia pasó a un segundo plano, la subjetividad y el deseo a través del
consumo, enfatizan la educación en lo individual, eso es lo que prima. Ahora
más que nunca he sentido esto, sin resentimientos puedo afirmar, que no hay
espacios para solidaridades, simplemente a cada persona se le lleno de tantas
obligaciones que les es imposible poder abrirse a otras y la educación nos hace muy egoístas.
Aní poco te hablo de
nuestro perro Tony. Durante mucho tiempo te espero en la puerta. No es impresión mía, pero el perrito no es el
mismo, siento que el peso de tu ausencia lo marcó o tal vez aún te espera, sí
llegaras de pronto, se moriría de la alegría. Los animales sí que son
solidarios, tienen una lealtad desmedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario