domingo, 28 de enero de 2018

EL DEBATE SOBRE EL OLVIDO DE LAS ESCRITORAS LATINOAMERICANAS

Parto del a priori que una buena escritora difícilmente podrá dejársele a un lado, se impondrá de alguna manera y que el tema de la discriminación de género no cabe para este tópico especifico. Otro caso, es como se mueve la cultura, históricamente machista, con respecto a ciertas consideraciones puntuales que tiene que ver con el acceso. Las editoriales publican por cada diez novelas escritas por hombres una escrita por una mujer, siendo posiblemente un fenómeno netamente estadístico, están hasta ahora entrando al mercado podrían justificar, no deja de reflejar cierto sesgo, el rescoldo de un machismo que apenas empieza a ser desplazado. 
Ahora que el tema del acoso se ha puesto de moda y que generó un debate gracias a la posición de una pleyade de mujeres Francesas que consideran  la posición de ciertas mujeres americanas frente al tema, sobre todo esa élite del cine, como hipócrita, habría que preguntarse por la escaza inclusión de mujeres en Bogotá 39, si de hecho a las mujeres en materia literarias aún se les discrimina, o son miradas, por aquellas personas que manejan este mundo con desdén. Esta especie de “puritanismo” con el que se someta la discusión, desde la perspectiva de la creación, no tiene cabida, una buena escritora es imposible en el mundo actual no tenerla en cuenta: Rosa montero, Almuduena Grandes, Piedad Bonnet, Laura Restrepo….en fin. El mundo de la cultura, los eventos, ceder la palabra en los conversatorios, es otra cosa….repito, aquí puede haber un sesgo, un machismo anacrónico que no suelta. Ana Marcos en una columna del periódico “El país”de España, a propósito del “Hay festival” de Cartagena escribía (Cito gran parte del articulo pues es de suma importancia para el debate) :” Hace ya un año que cuando un premio, un congreso o un debate literario solo ha dado voz a autores latinoamericanos, ha aparecido una escritora para recordarles a sus autoridades que ellas también cuentan. Las narradoras Gabriela Wiener en Perú y Gabriela Alemán en Ecuador fueron de las primeras en alzar la voz. Sus colegas colombianas, las últimas en ser obviadas por el Estado cuando se trataba de representar a su país, tampoco se han callado. Ellas y ellos se encuentran ahora en él “Hay Festival” de Cartagena de Indias para seguir repensando el sistema editorial y literario a través del que se narra un continente. El 47% de los participantes en este encuentro de ideas son mujeres, según datos de la organización. Trece ediciones después, ellas tienen que superar la barrera del 50% citando a más referentes femeninos en charlas como Las escritoras que nos gustan. “Al principio de mi vida lectora, en la adolescencia, estuvo Clarice Lispector y Alejandra Pizarnik, a quienes descubrí en la biblioteca de mis padres”, cuenta Juan Cárdenas. El escritor colombiano es uno de los elegidos en Bogotá 39, la lista de los 39 mejores autores, menores de 39 años, de América Latina seleccionados por el Hay Festival. Los responsables del jurado de Bogotá 39, como la periodista Leila Guerriero o el editor Darío Jaramillo, han explicado que se concentraron en elegir a los mejores autores. Una idea que la narradora argentina resumió en una de sus columnas en EL PAÍS. “Nunca pienso en ellas como ‘mujeres’ sino como ‘algunos-de-mis-autores-favoritos’. Me gustan por su calidad, no por su género. Pero no soy idiota: sé que en literatura, como en todo lo demás (política, empresa, sindicalismo), el acceso a ciertos espacios es, para las mujeres, mucho más arduo que para los hombres”.

Hay buenos escritores, la calidad de una obra está por encima de las consideraciones de género. Otro problema sería el acceso a ciertos espacios culturales dominados por una sociedad machista que aún pervive en anacronismos. El debate no se puede banalizar. Lo que está para investigar seriamente y con rigor es cuál es el espectro real de las escritoras actualmente en Latinoamérica. Sé que hay un trabajo inmenso. En la academia ni hablar. Hacer seriamente este inventario es de suma importancia. Ana Marcos termina el articulo diciendo: ““Es inevitable que los nuevos movimientos feministas tengan un impacto en la literatura, tanto en lo que se escribe como en la propia institución”, relata Juan Cárdenas. “Lo que todavía no sabemos es qué forma tendrá ese impacto, esa transformación. Yo soy un optimista patológico y creo que, en definitiva, el resultado de esta oleada feminista va a ser una literatura mejor en todo sentido”. Adelante remata: Por el momento, el grupo de escritoras colombianas que plantó cara al Ministerio de Cultura cuando dejó fuera a las mujeres de un coloquio en París, el pasado noviembre, ha conseguido que en Colombia se hable de Pilar Quintana, reciente ganadora del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, de Amalia Andrade, Diana Ospina, Catalina Holguín y muchas otras. Las que se atrevieron a preguntar: ¿las mujeres no tienen la misma calidad literaria que los hombres en Colombia?. El debate queda abierto, si es que hay un debate.




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