miércoles, 1 de junio de 2022

LAS CUATRO ESTACIONES

 Tratando de escribir sobre un encuentro furtivo con unos amigos, un sábado cualquiera, me encontré con esto, en el proceso acucioso por estudiar las cuatro estaciones de Vivaldi, de comprenderla  mejor: "Este es uno de los primeros ejemplos de componer música con un elemento narrativo, el invierno por ejemplo está pintado con tonos oscuros y tétricos, el verano la opresión del calor, reproduciendo incluso una tormenta en el ultimo movimiento, en un esfuerzo de relacionar la música con los textos de poemas". Divide cada concierto en tres movimientos y cada soneto en tres secciones, el primero y el tercero están en allegro o presto y el segundo es caracterizado por un tiempo de Adagio o largo. La conversación sin cita previa, comenzó con Omar, al frente de la tienda de Joaquín, simples comentarios sobre las vicisitudes de los últimos días. Al rato llegaron: Wey, Simón, Mario hermano de Wey y Alina, estaban buscándonos, las apetencias intelectuales eran muchas y variopintas, entre la trascendencia y las amarguras de la vida, aquellas cosas corrientes que nos molestan y de antemano sabemos que tenemos que aguantar y sobre otras que nos marcan y nos exaltan. Los movimientos en esta tarde llevaron un ritmo parecido a las cuatro estaciones: Exaltaciones imbricadas en aceptaciones tácitas por aceptar la realidad pese a los absurdos que la encubren, rechazo a ciertas posiciones en la vida que nos tenemos que mamar y liberaciones como la reunión que nos convoca esta tarde, nos permiten sobrevivir a los embates de la vida: Allegro, Lento, Alegro. 

Ninguno de mis amigos es normopata, ni clasifica como arribista. Creativos, trabajan con elementos e imaginarios que de alguna manera se salen del canon.  Hoy, con Lina llegó la agudeza y cierta mayéutica socrática de no comer entero. No por que tenga las cosas resueltas, sino por que muchas cosas sin resolver le  llevaron a cierta prevención intelectual: Nunca las cosas son lo que parecen y la procesión siempre se lleva por dentro. Es absolutamente hermosa, madre de dos hijos y en cierta forma iconoclasta. Terminamos hablando de un proyecto cinematográfico, contáremos en un documental, todo lo que ha pasado en la zona trece de Medellín, estigmatizada, lesionada socialmente, abusada desde lo institucional, rebelde por naturaleza, que hiciese una radiografía de todas las violencias y realidades sociales que, denunciaran la multiplicidad de factores que acabaron con toda una generación, hecho desde narrativas literarias y con recursos donde la ficción expresará verdades siempre manipuladas y por alguna razón desdibujadas.

Terminamos como las cuatro estaciones, en un adagio largo, como en invierno, seguros también que seremos narrativas olvidadas, simples referencias sin sentido y dentro de esa marco, apostamos a los estoicos, a Epitecto, el presente es lo que cuenta y solo somos dueños de lo que controlamos, de aquello que no controlamos, somos esclavos.  






No hay comentarios: