Los usuarios de la biblioteca EPM, el publico general de Medellín, reciben la exposición de estudiantes del tecnológico Débora Arango, con mucho beneplácito, convencidos que este tipo de esfuerzos y muestras, son producto de la labor juiciosa, realizada por está institución y sus estudiantes, quienes desde el arte interpretan una realidad, que los ronda, los formó y los forma aún, los avasalla, los maltrata, en la cual se desenvuelven inexorablemente, entre sentimientos de amor y odio. Es una radiografía muy valiosa, desde una perspectiva subjetiva y personal de parte de jóvenes artistas en plena formación.
A partir de una "dimensión visual y plástica, cuatro estudiantes, exponen en una muestra colectiva su obra, con técnicas muy diferentes, cuya finalidad ultima, es entregarnos en estos ensayos una visión crítica, analítica de sus inquietudes, en el marco de disertaciones múltiples donde el espectador queda inmerso indefectiblemente en un dialogo que le impide ser pasivo.
Diana Castro ha reflexionado sobre el tiempo, de alguna manera interpreta las vicisitudes de una vida acosada por mil obligaciones, cargada de urgencias, el ser de hoy vive, siempre sin tiempo para sí, avasallado en últimas. Lo expresa claramente la artista: "La velocidad vertiginosa de la modernidad, esa prisa constante que nos arrebata la contemplación". Con técnicas como la "Cianotipia", se permite desacelerar el tiempo creativo.
El joven David Guerrero, tomando todos los elementos que le brinda la naturaleza, en sus elementos compositivos, desde una perspectiva histórica y acudiendo a las culturas nuestras más ancestrales, articular arte y naturaleza. En su obra interactúan pasado y presente, nos habla de paleoarte contemporáneo, reinterpretando las cosmovisiones ancestrales de suma importancia para entender desde las genealogías nuestro presente.
El espíritu animal (Hycabai) es un proyecto de investigación-creación que releva y revitaliza la visión de las comunidades ancestrales al respecto.
Nicole Serna explora las complejidades emocionales y psicológicas de ser mujer joven hoy. Otea, busca, descifra, los ideales que le impone una sociedad de consumo a la mujer: Belleza, comportamiento, perfiles que se traducen en infinitas ansiedades por parecer lo que una sociedad le impone desde múltiples plataformas y presiones sociales. Utiliza la pintura y la fotografía como herramientas de reflexión alrededor del tema, la obra no solo busca reflexión, sino conmover frente al estado de aparente flacidez en que vive la mujer. Siempre el resultado de querer ser se traduce en heridas y maltratos, en depresiones y des-ubicuidad.
Utiliza los espejos, el color negro con todo lo que traduce desde lo emocional......La melancolía constituye el eje de su muestra.
Antonio Tamayo, con instalaciones donde la luz, los objetos y la arquitectura como expresión del espacio y el habitad dentro de la modernidad, que nos limita y acontece, explora sus cualidades intrínsecas y la capacidad que tiene no sólo para transformarnos sino para configurar nuestro inconsciente, sino la forma como nos movemos. Inspirado en Dan Flavin y James Turrel. Son siete ensambles modulares, que el artista llama a esta búsqueda de lo material, una estética brutalista, donde la luz, la forma y la sombra constituyen los mecanismo de expresión impuestos por su mano creadora. Sin luz y sombra no tendría sentido esta muestra.
Solo me queda felicitar a la fundación EPM por estos esfuerzos, al tecnológico Débora Arango y al curador Néstor Pérez sin cuya ayuda sería imposible esta muestra y por supuesto a los estudiantes.
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