Fotograma de Sex Education (2019) serie que trata la sexualidad de los jóvenes y sus relaciones afectivas desde distintas perspectivas. |
Durante las giras de sus exitosos libros y en charlas que impartía a mujeres y niñas, Caitlin Moran se dio cuenta de que aparecía recurrentemente una misma pregunta declinada de formas distintas: «¿Tienes algún consejo para los hombres?», «¿Qué consejo les darías a las madres de chicos adolescentes?». Aunque al principio sintió que esas dudas no iban con ella –«¿Por qué nos hemos puesto a hablar de hombres?»–, Moran acabó descubriendo que hablar de feminismo, hoy, implica necesariamente hablar también de ellos.
Un tiempo después, durante un Zoom organizado por el Día Internacional de la Mujer, Caitlin Moran conversó con una de sus hijas, dos amigas suyas y cuatro compañeros de clase. Hablaron de feminismo, aunque pronto la conversación empezó a centrarse en los chicos, que hablaron de soledad, del miedo a relacionarse con chicas o de las expectativas sexuales marcadas por el porno. Los chicos, visiblemente sorprendidos, agradecieron el espacio: confesaron que nunca habían dicho nada de eso en voz alta, ni en casa ni con sus amigos. Pero la revelación no terminó ahí. Al poco tiempo, varias chicas empezaron a escribirle a Moran para advertirle de algo más inquietante: aunque sus compañeros se mostraron educados y respetuosos durante la videollamada, en los grupos de WhatsApp llamaban «cáncer» al feminismo, «feminazis» a las feministas, y bromeaban sobre violaciones.
Tras presenciar semejante experiencia, Moran empezó a darle vueltas: tal vez esa furia masculina no nazca tanto del desprecio como de la carencia. La carencia de un espacio en el que los chicos puedan hablar de lo que sienten sin necesidad de escudarse en el sarcasmo, el desprecio o la pose. Si existiera una comunidad masculina capaz de acoger la vulnerabilidad –como la que muchas mujeres han encontrado en torno al feminismo–, es posible que mucha de esta violencia, sencillamente, no encontrara lugar. Pero hoy, ese espacio no existe. Y lo que no tiene salida, termina estallando por los márgenes. Así fue que decidió explorar este tema en el libro ¿Y los hombres qué? (I els homes què?, en catalán).
En una conversación con su marido, Moran encontró una imagen reveladora de esa falta de comunidad emocional entre los hombres. Él le explicó por qué, a pesar del tiempo, Oasis sigue siendo el grupo favorito de millones de chicos: sus canciones, escritas por Noel Gallagher desde una infancia marcada por la violencia y la precariedad, hablan de encierro, de nostalgia, de no saber cómo expresar lo que duele. Pero quien las canta es su hermano Liam y líder polémico de la agrupación, desde la furia. Esa es, para él, la clave: hay ternura en las letras, pero rabia en la voz. Uno de sus versos más coreados resume esa contradicción: «Me gustaría decirte muchas cosas / Pero no sé cómo». Y ahí están, dice él, miles de hombres cantando al unísono esa línea como si fuera una consigna, una fuga, un grito que no encuentran dónde alojar. De nuevo el silencio, la carencia de palabras para hablar de lo íntimo, de lo vulnerable.
«Nosotras tenemos el feminismo», afirma Moran, sin presumir de una propiedad: se refiere a la comunidad que se ha gestado alrededor de poder expresar la propia vulnerabilidad, buscar apoyo y cariño en la hermandad, convertir el mundo en un espacio más cómodo y agradable. Los hombres no tienen este espacio, aunque algunos secretamente lo deseen. Si el único lugar que hay para expresar su vulnerabilidad, su dolor y su incomodidad es en un concierto con dos hermanos que fueron leyenda, gritando que no saben cómo expresarse, algo va mal. ¿Y si es necesario un nuevo espacio donde gritar?
NOVEDADES
DE LA SEMANA
Arrancamos junio con La extinción de Irena Rey, de Jennifer Croft, traducido por Regina López Muñoz. Una trepidante novela detectivesca sobre los entresijos de la escritura y la traducción por una autora que, en palabras de Olga Tokarczuk, «escribe con una intensidad extraordinaria».
Recuperamos también dos novelas de Jesús Moncada, uno de los autores catalanes más importantes, leídos y galardonados del siglo XX. Por un lado, el magistral fresco narrativo Camino de sirga, considerada desde su publicación en 1988 como una de las obras cumbre de la literatura catalana; y por otro lado, Memoria estremecida, que en palabras de Pere Gimferrer es «una novela sobre el tiempo, un mundo propio inconfundible, universal». Ambos los encontráis en la colección «Narrativas hispánicas» con traducción de Joaquín Jordá y Pepe Ferreras (respectivamente).
En «Nuevos cuadernos Anagrama» publicamos ¿Una rayita?, del periodista y guionista David López Canales, un ensayo pionero que observa el aumento de consumo de cocaína en España y abre el debate de una sociedad que ha pasado de la condena moral a la normalización del uso de esta droga.
«Crónicas» trae Fuera de la carretera, las memorias de Carolyn Cassady, esposa de Neal Cassady. Una nueva tesela del vasto mosaico de la generación beat, desde una mirada íntima y privilegiada. Traduce Damià Alou.
En «La Bella Varsovia» publicamos Amarilis, de Natalia Litvinova, poemas que conjugan elegía, teatralidad y mitología para reflexionar sobre el deseo y sobre todo aquello que nos sucede cuando nos sentimos desbordados por él.
Continuamos con Relatos y ensayos de Charles Bukowski, en «Compendium», un volumen que captura la evolución de su obra y que reúne Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, Ausencia del héroe y, por primera vez en castellano, La matemática del aliento y la ruta. La traducción es de Eduardo Iriarte Goñi.
Y cerramos con Corre, rocker de Sabino Méndez, que aparece por primera vez en «Compactos»: la contundente crónica en primera persona de la Movida del guitarrista y letrista de Loquillo y Trogloditas, con prólogo de Carlos Zanón.
En una conversación con su marido, Moran encontró una imagen reveladora de esa falta de comunidad emocional entre los hombres. Él le explicó por qué, a pesar del tiempo, Oasis sigue siendo el grupo favorito de millones de chicos: sus canciones, escritas por Noel Gallagher desde una infancia marcada por la violencia y la precariedad, hablan de encierro, de nostalgia, de no saber cómo expresar lo que duele. Pero quien las canta es su hermano Liam y líder polémico de la agrupación, desde la furia. Esa es, para él, la clave: hay ternura en las letras, pero rabia en la voz. Uno de sus versos más coreados resume esa contradicción: «Me gustaría decirte muchas cosas / Pero no sé cómo». Y ahí están, dice él, miles de hombres cantando al unísono esa línea como si fuera una consigna, una fuga, un grito que no encuentran dónde alojar. De nuevo el silencio, la carencia de palabras para hablar de lo íntimo, de lo vulnerable.
«Nosotras tenemos el feminismo», afirma Moran, sin presumir de una propiedad: se refiere a la comunidad que se ha gestado alrededor de poder expresar la propia vulnerabilidad, buscar apoyo y cariño en la hermandad, convertir el mundo en un espacio más cómodo y agradable. Los hombres no tienen este espacio, aunque algunos secretamente lo deseen. Si el único lugar que hay para expresar su vulnerabilidad, su dolor y su incomodidad es en un concierto con dos hermanos que fueron leyenda, gritando que no saben cómo expresarse, algo va mal. ¿Y si es necesario un nuevo espacio donde gritar?
Por una novela sentimental
El escritor Arià Paco ganó el décimo Premi Llibres Anagrama con Teoria del joc, una novela que se publicará en su traducción al castellano en otoño de este año en la colección «Narrativas hispánicas». Con un estilo honesto e incisivo, Paco indaga en lo que él considera que es un vacío en la ficción: la narrativa masculina que explora el deseo heterosexual, la seducción y el sexo de unos hombres que no son del todo nuevos pero que tampoco son exactamente los mismos de antes. Un nuevo mundo exige nuevas reflexiones. El periodista y escritor Antonio J. Rodríguez ya se hizo esta pregunta en La nueva masculinidad de siempre, un ensayo publicado en 2020 sobre el amor, el sexo, el género y el capitalismo. ¿De qué hablamos cuando hablamos de heterosexualidad? ¿Tiene sentido seguir hablando de ella? ¿Se puede construir un lenguaje alternativo del amor? Si Rodríguez lo formula desde el ensayo, Paco pone en el centro a Ernest, el protagonista de la novela, y lo sigue a lo largo de su ficción para retratar su educación sentimental.
La comunidad internauta de los incels
La cineasta Gala Hernández ganó el prestigioso Premio César con La mecánica de los fluidos, un escalofriante vídeo-ensayo que narra en primera persona todos los secretos de la comunidad incel de internet. El término incel procede del inglés «involuntary celibate», y se refiere generalmente a hombres heterosexuales que afirman no poder tener relaciones sexuales con mujeres a pesar de desearlo. La culpa, según ellos, la tienen ellas y el feminismo. Es así como promulgan por las redes discursos misóginos y violentos. Hernández, en su ensayo visual, intenta encontrar respuesta a un mensaje que la autora encontró en 2018: en la plataforma Reddit, un incel autodenominado Anarquista Anatemático publicó una nota de suicidio. Es a partir de aquí que Hernández se adentra a los bajos fondos de internet en busca de la huella digital de su autor en un viaje que acaba siendo, en el fondo, una reflexión sobre «los resquicios de nuestras soledades conectadas».
La nueva joven derecha masculina
A finales de 2024, El País publicó una noticia que revelaba una nueva brecha ideológica entre hombres y mujeres menores de veintisiete años. No es que toda la juventud se esté escorando hacia la derecha: son los chicos quienes, de forma específica, se están radicalizando. En cambio, las mujeres jóvenes se sitúan más a la izquierda que nunca. Mientras que más de la mitad de los chicos votaría a partidos de derecha o extrema derecha, solo el 32 % de ellas haría lo mismo. ¿Qué está ocurriendo? Varios factores se entrelazan: una reacción defensiva frente al feminismo, que algunos varones perciben como una amenaza; la influencia de la llamada machoesfera, que promueve valores tradicionales de masculinidad en redes y foros en línea; las crecientes desigualdades educativas y laborales –donde las mujeres tienden a alcanzar niveles académicos más altos–; y, por supuesto, el marco narrativo que alimentan la política y los medios.
El feminismo nos atañe a todas y todos
Recuperamos la entrevista que Marita Alonso hizo a Caitlin Moran en 2022 cuando publicamos en Anagrama su libro Más que una mujer. En esta conversación ya se puede ver el germen de lo que sería ¿Y los hombres qué?, pues la autora mencionaba la necesidad de que el feminismo fuera ejercido tanto por mujeres como por hombres, también reflexionaba sobre la dificultad de entender la separación cultural entre hombres y mujeres y apuntaba la importancia de tener referentes positivos en la televisión, cine y literatura. Una entrevista que es un excelente complemento para expandir el universo de Caitlin Moran.
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