viernes, 25 de agosto de 2017

FERNANDA MELCHOR INTENSIDAD Y HORROR


Toda novela es una trasposición de la realidad en  su extensa complejidad desde la ficción. Es un hecho que la cruda violencia de México ha sido narrada de mil maneras. Esta novela, presenta una visión del caos que vive este país, recurriendo a un mundo super-puesto, un estado imaginario con unos personajes ficticios, que representan en su totalidad la realidad nefasta del país que, al final en lo que se refiere a su destino, al decir de Camus, es la suma de las elecciones de sus ciudadanos en el día a día y al que curiosamente se le anteponen todo tipo de exculpaciones: Dios, el consumo americano, el precio de los estupefacientes..En fin. Resulta paradójico, que sin leerla aún, pues no la he conseguido en Medellín Colombia, con la claridad de Edmundo Perez Soldan, que cita a Gabo, aludiendo al recurso utiizado por la narradora, no utilizar puntos, utilizado en “El otoño del patriarca”, para describir al dictador de la mejor manera, me haya inquietado tanto esta reseña, confirma el dolor que siento por la situación de este país hermano. Recordé Angosta de Héctor Abad  Lince, el excelente escritor Colombiano, en ella crea una ciudad imaginaria para describir la realidad de nuestro país. Confirma de igual manera este pequeño artículo la calidad del crítico Boliviano, que semana a semana nos deleita a nosotros lectores del común. Como siempre, cuando hay una nota periodística de importancia la traigo al Blog con el ánimo de que mis lectores la conozcan.

Edmundo Paz Soldan

Hay una escena memorable al principio del falso documental satírico This is Spinal Tap (1984), en la que el guitarrista de la banda de heavy metal dice que ellos tocan tan fuerte que el volumen de sus amplificadores está a 11. He recordado esta escena al leer Temporada de huracanes (Random), la segunda novela de la mexicana Fernanda Melchor: desde la primera a la última frase, está escrita con el volumen a 11. Eso no significa que en todas las páginas haya acción, sino algo más complejo y difícil de lograr para un novelista: incluso las escenas de diálogos más tranquilos, los momentos reposados, están narrados con intensidad, como si todo contara y no hubiera transiciones.  
Para narrar la violencia de la sociedad mexicana -el pueblo ficticio es La Matosa, en un estado que se asemeja a Veracruz-- Melchor ha elegido como modelo la estructura narrativa de El otoño del patriarca, en la que García Márquez prescindía del punto aparte: casi toda la novela era un larguísimo párrafo. García Márquez utilizaba ese recurso retórico para contar los excesos del poder y mostrar la realidad latinoamericana como un espacio donde lo extraordinario es cotidiano; Melchor representa otro tipo de excesos --los que vienen de abajo, de una marginalidad conectada con la pobreza, la violencia, el machismo y la misoginia-- y una cotidianeidad harto más brutal, en la que, sin embargo, también lo extraordinario se ha normalizado. Aquí el Estado-nación no parece haber dejado más huella que la de la corrupción de sus representantes, y rige la ley de Darwin: "Este mundo es de los vivos, pontificó; y si te apendejas, te aplastan
El relato gira en torno a la muerte de la Bruja, una mujer respetada y temida por el pueblo por su asociación con el mal: quien quiera hacerse un aborto, recuperar a su pareja o curarse de almorranas la busca, pero hay que persignarse porque se la puede imaginar "desnuda, montando al diablo". La Bruja es el principio y el fin: entre ambas partes se abren capítulos que cuentan la historia de los jóvenes involucrados con su muerte -Munra, Brando, Norma, Luismi--. Melchor despliega una prosa que convierte la oralidad en poesía, en la que las malas palabras, el deseo de nombrar lo obsceno y lo escatológico, se revelan en toda su explosiva belleza: "la pinche Vanesa cabrona hija de la chingada no estaba ahí porque la muy puta seguramente aprovechó que la tía la dejó suelta para irse a ver al novio, el greñudo mariguano ese que siempre la andaba rondando..." Todas las secciones de esta novela son brillantes, pero quizás la mejor es la que narra la relación de la adolescente Norma con su padrastro Pepe.   
La Bruja es poderosa en el pueblo porque sus habitantes la ven vinculada a un Mal que trasciende a todos, pero su mito también se construye a partir de su rabiosa independencia en un mundo masculino dominado por atavismos, en el que las mujeres están subordinadas y deben buscar estrategias de supervivencia. Temporada de huracanes se disfraza de ficción antropológica, aparenta buscar una explicación al horror mexicano a partir de las creencias de una comunidad en leyes sobrenaturales, para decantarse por algo más terrible: el mal somos nosotros, los hombres. Cuando la madre de Brando exclama: "¿Cómo permitiste que el diablo entrara en su cuerpo, Señor?", Brando responde: "El diablo no existe y tu pinche Dios tampoco". Lo cual no implica que no nos sigamos agotando en construir leyendas para comprender algo que escapa a nuestra razón. Edmundo Paz Soldan

 Tomado de el Boomerang Literario:

http://www.elboomeran.com/blog/117/rio-fugitivo-blog-de-edmundo-paz-soldan/







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