Después de casi veinte años
de ser publicada esta biografía, he vuelto a leerla como un ejercicio
anticipado para volver a la totalidad de la obra de Margarite Yourcenar. Fue
todo un deleite, no solo por la calidad y el rigor de la misma, sino porque
resulta ser una excelente guía para adentrarse en el mundo textual de una
autora con una vigencia total y cuyos textos son de una factura
impecable, casi perfecta, linda con cierto clasicismo exento de los típicos
anacronismos e imposturas acostumbradas cuando se aborda este estilo de tanta
exigencia. Pocas veces los datos biográficos son tan importantes para descifrar
una obra como en el caso de esta escritora Belga. Recordemos que ella fue la
primera mujer en pertenecer a la academia Francesa de las letras. Cada libro
escrito está conectado con aspectos fundamentales de su vida y constituyen una
catarsis intelectual de su propia existencia. Esta biografía mantiene un
velo sutil tensa, nunca sale a flote la relación íntima relación que
alguna vez tuvo la biógrafa con la autora. Mantiene la distancia necesaria y el
tacto, para no caer en el morbo especulativo y menos desmejorar el trabajo
intelectual.
Cuando se vuelve a una obra
después de mucho tiempo, se decanta la calidad o la mediocridad de la misma. Se
le quitan las imposturas del mercadeo y la promoción. Cuando se está frente a
una autora de los quilates de Josyane, estos riegos están descontados. La
autora se resistió por mucho tiempo a emprenderla. Fue escrita en una mimesis
con el espejo retrovisor que se impuso la Yourcenar en “Las memorias de
Adriano”. Es una biografía impecable, documentada, bien escrita y con las
claves pertinentes que nos permiten contar con una guía de su itinerario
literario. Contribuye al trabajo el rastro premeditado que Yourcenar
iba dejándola a cada obra, la huella que brinda las claves para su
desciframiento,con sus influencias y la genealogía biográfica.
Margarite murió en 1987.
“Huérfana de madre desde su nacimiento, fue llevada muy pronto a Francia por el
padre (natural de Lille) que, tras impartirle una educación bastante esmerada,
la llevó siempre con él, en el curso de su cosmopolita existencia,
comunicándole su amor por los viajes”. Poliglota, criada siempre en permanente
tránsito, con una relación muy especial con su padre y por fuera de cualquier
estructura familiar tradicional, su vida fue una preparación ara la escritura y
la vida intelectual.
La biografía en cuestión
contiene datos relevantes y hasta la fecha de su publicación, inéditos,
esenciales para el desciframiento de su obra. Recordemos que la escritora dejó
su correspondencia sellada y solo podrá ser abierta cincuenta años después de
su muerte, muy a pesar de contar con la huella que la autora guardó para su
interpretación, con la reserva señalada. Su “padre rico, refinado, decadente,
bohemio que provocaba en ella una reacción hacia la reserva interior y la
ambivalencia en defensa de su intimidad, resulta ser capital en su obra. Desde
muy pronto, como señala Josyane Savigneau, aprendió la niña a desviar la
curiosidad impertinente de los que no formaron parte del círculo de sus escasas
amistades, llegando a detalles bastante significativos para el conocimiento de
su personalidad. Desde la idea de disfrazar el apellido familiar
utilizando un anagrama (Yourcenar=Crayencour), hizo lo mismo con su imagen
privada, al ocultarla tras un estereotipo que, de cara al público, presentaba
el aire de timidez y altivo distanciamiento que siempre le atribuyeron”.
Margarite Yourcenar era
consciente que la labor del biógrafo constituye un imposible. La autora señala
al respecto en la introducción: “Todos tendemos a tener en cuenta no solo al
escritor que, por definición, se expresa en sus libros, sino también al
individuo, forzosamente confuso siempre, contradictorio y mudable, escondido
aquí y visible allí, y, sobre todo, a tener en cuenta al personaje, a esa
sombra o reflejo que a veces el mismo individuo (Este es el caso de
Mischima) contribuye a proyectar por defensa o desafío, aunque el hombre
real viviera y muriese más allá o más acá de los mismos, guardando ese secreto
impenetrable que es la vida”. “En el ensayo dedicado a Mischima en 1981
la Yourcenar pone en entredicho la pertenencia de la investigación biográfica. De
igual manera protesto por el exceso del Culto a la personalidad”.
La biografia hace
incidencia sobre aspectos fundamentales de su vida que inciden en su obra: la
relación especial con su padre; su formación clásica, humanística; las lecturas
intensas de autores griegos y Latinos; la trashumancia de una mujer excepcional
que se enfrenta a la sociedad mojigata de su época, que la hace diferente a
todas; las relaciones apasionadas con sus grandes amores; su aislamiento; sus
largos silencios.
Toda biografía en
el fondo es una invención. Para la escritora belga, escribir una biografía es
“intentar acercarse a la verdad de una mentira. No porque entendamos este
último término como una falsificación continuamente deliberada, sino más bien
las serie de desfases, amnesias y, para decirlo todo, de ficción que
constituye, sino una vida, al menos toda una mirada sobre una vida”.
En un trabajo académico
sobre las “memorias de Adriano”, donde se escrutan exhaustivamente las claves
de su genealogía Claudia Pérez expresa magistralmente[1]: ”Que nos
sitúa en las relaciones entre lo ficcional textual y un ficcional real. Si se
produce una progresiva impregnación de la vida a partir de la ficción, este
hecho nos permitiría considerar el proceso inverso: si la vida se ficcionaliza,
la ficción se impregna del plano simbólico de la autora, de su contexto,
construido en interacción”. Agrega adelante: " La progresiva construcción
de su personalidad se nutre de ese imaginario artístico que es a la vez
alimentado por los propios hechos de la vida. No se trata de determinar la
prevalencia de un dominio, real o ficcional; muy por el contrario, de abrir a
una sucesión de imágenes de sí el imaginario poético. Tal vez sea muy dable
considerar la ficcionalización de la vida, así como recibimos su construcción
biográfica de acuerdo a una cierta estructura consciente y no consciente de
presentaciones de sí”.
Esta biografía resulta
ser una perfecta guía como a la lectura de la obra de Margarite
Yourcenar. Cada texto de la Yourcenar nace de circunstancias existenciales
especiales y de objetivos específicos en su permanente indagación
intelectual.
[1] CRAYENCOUR, HADRIANUS: CONSTRUCCIONES DE LA FIGURA DEL
IMPERATOR CAESAR EN EL IMAGINARIO HOMOERÓTICO FEMENINO EN LA OBRA DE MARGUERITE
YOURCENAR
CLAUDIA PEREZ
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