jueves, 8 de noviembre de 2018

EL HUMANO ADJETIVO LA POESÍA DE BORGES



He venido oteando la crítica literaria publicada por la academia, hablo de la universidad EAFIT, la universidad de Antioquía, La pontificia Bolivariana y la Universidad Autónoma Latinoamericana de la ciudad de Medellín Colombia. Me he encontrado no solo con trabajos de un rigor inigualable, sino con una variedad de temas alrededor de la creación poética de suma importancia. Comentaré el texto de Inés Posada, “El humano adjetivo” sobre la poesía de Borges.
Este libro es  diferente a todo lo que he leído en materia de crítica, más, cuando nos referimos a la obra poética de Borges, tan sobre-estudiada en el mundo, realmente hay de todo como en botica, para escoger. Inés Posada, autora que nunca había leído, es una comunicadora social de la Universidad de Antioquía especializada en literatura en la Pontificia Bolivariana. Me encontré con su libro preguntando sobre el tema a una bibliotecóloga del Barrio la floresta en Medellín, quien simplemente me dijo, vea lo que llegó hoy, léalo y me cuenta.  
Esta es la experiencia de una lectora, escrita por fuera de los rigores que impone la crítica académica, pero alinderada con los instrumentos que le ha brindado  sus estudios y la cátedra, los cuales son gratamente visibles en el texto. Parte del reconocimiento a Borges, de su admiración: “Escritor universal, lector infatigable, memorioso y original. Borges como un puerto sereno de llegada y como un inquietante de partida que nos incita a la reflexión, a la emoción, la conjetura, la ironía, la paradoja”[1].  El libro es un testimonio de amor a una obra, con el deseo ferviente de comunicar la experiencia como lectora a quienes se aproximan a la literatura. Traigo dos puntos de la obra que se configuran como un a priori; Parten del valor que se le concede a la lectura como experiencia vital, y “Esta aproximación a la poesía de Borges, cuentos y ensayo- que he querido leer con  una íntima y secreta felicidad y compartir con otros, para invitarlos a reconocer en ella todo el aliento que esta poesía da a su obra- No está regida por un sistema cerrado, o por la cuadricula de una teoría; no pretende ser académica sino tal vez  como diría el mismo Borges revelar –un hábito de mi alma, una memoria emocionada que siempre vuelve a estas primeras líneas que me conmovieron (Que aprendí de memoria) y provocaron mi amistad con los poemas y con los poemas y con la poesía que me espera cada vez que abro la obra de Borges”.  No hay método, es  una lúcida lectura, desde lo más existencial, de una lectora ávida, es una búsqueda,  una interpelación con la obra de Borges, para utilizar los términos de la autora.
Nos devela al Borges total desde la poesía, trae citas puntuales, precisas al tema, hay un intercambio de interpretaciones, no sólo validas por cada tema que trae a colación sino además explican su recorrido, del escritor y de la lectora en sus descubrimientos (1). La autora señala: “Y la poesía, la poesía de y en Borges.. ..Dulce y terrible..” Hay razones más terribles que los tigres”. Pero también en cada palabra pronunciada algo de ternura, de curiosa amistad con lo humano”.
En el capítulo tres trata de dilucidar: Qué es  la poesía para Borges: “Este hombre, tocado en lo profundo y en lo liviano, en el silencio y en la palabra, en el gesto que conduce a los sencillos actos del asombro, sí, en su amplitud, en su destino de dialogo universal con todos, es decir, con cada uno, escribe sobre la palma de su mano-el poema-“. “Este hombre, aunque ha visto en cada cosa todas las cosas del tiempo y el espacio, aunque sabe reconocer el pensamiento de lo infinito en lo finito, aunque ha mirado el terror de los espejos y desde ellos se sabe tan irreal-pero ta cierto-como la fría lisura con las que sus manos tropiezan al buscarse entre ellos; ese hombre elige, tal vez es elegido por las simples palabras de cada día- las que trabajan adentro del lenguaje- como decir y señalar  la modesta complejidad que nos habita y que habitamos  desde la banca  de un parque, en el sur”…. Adelante señala: “Y sus palabras nos arden, nos estallan”.
Dos constantes en la poesía de Borges: La perplejidad y el asombro. Este último lo  explica desde el desciframiento de su poesía, esta es la que habla: “ Y es allí, en la poesía y en la prosa poética de Borges, donde buscaremos esas señales que nos deja a cada rato-para reconocer en el amplio horizonte de lo poético-esas sutiles y sugestivas confidencias de su conocimiento íntimo, no solo de las tareas de la poesía y de su fruto maduro y visible que es el poema, sino de ese destino ineludible del poeta, que asalta, primero a los que escriben sus asombros y sus revelaciones y luego a los lectores que los recrean, con los cuales la poesía resuena y repercute”. Cita con precisión, para tal efecto a Gastón Bachelard: “En la resonancia oímos el poema, en la repercusión lo hablamos, es nuestro”. Expresa: Leer a Borges, encontrarse cuerpo a cuerpo con su poesía es una experiencia profunda y cercana”. Categoriza: "Tenemos entonces, desde los primeros poemas, alguna claves- junto con otras- que nos irá revelando y presentando en sus múltiples matices a través de toda su obra-donde se arma una figura de poeta, que es a la vez un hombre de letras, un sentidor, un percebidor y un pensativo: asombro, testimonio, persistencia en la búsqueda de los nombres que os dejan sentir la unidad del ser en las relaciones con el mundo”.
La autora trae una cita magistral de Henry James que tal vez explica el origen del nombre de este texto “En la realidad, universalmente, las relaciones no concluyen en ninguna parte, y el exquisito problema del artista, eternamente, no es otro que el dibujar, por una geometría propia, el circulo dentro del cual parecerá felizmente que si lo hacen”.
Hay un capítulo especial para mí: Lo llama: Poesía y filosofía: Borges la experiencia poética, la experiencia filosófica. La cita de Borges en el inicio del mismo es una apertura extraordinaria: “Esse rerum est percipi: La perceptibilidad es el ser de las cosas: Sólo existen las cosas en cuanto son advertidas: sobre esa perogrullada genial estriba y encumbra la ilustre fábrica de Berkeley, con esa escasa fórmula conjura los embustes del duadismo y nos descubre que la realidad no es un acertijo lejano, huraño y trabajosamente descifrable, sino una cercanía intima, fácil y de todos lados abierta”. Nos habla de la experiencia filosófica aplicada al  pensamiento o al conocimiento que se ha asignado casi  siempre desde la teoría y su separación con la práctica-vinculada a la filosofía y la palabra conocimiento- que también se a aplicado casi exclusivamente a las labores de la inteligencia racional-aplicada a la poesía, parecería necesitar justificación”. Expresa, la filosofía es una forma de experiencia y la poesía una forma de conocimiento.
Es un capitulo hermoso, que sólo sugiero a mis lectores, que en el encuentro con este texto lean con mucha atención, trae a colación a Valéry, Savater, Bachelard, Plotino, Nietzsche, las reflexiones de Borges al respecto.
Hay capítulos como la prosa poética, de igual importancia y llegamos “Al humano adjetivo: La poesía de Borges, miremos.
La cita de Borges puntual: “El hecho central de mi vida ha sido la existencia de las palabras y la posibilidad de entretejer y trasformar esas palabras en poesía”. Después con magisterio nos dice:
"Senderos que se bifurcan, se superponen, convergen y, en ellos, delicadas y extrañas imagines, metáforas cuya finalidad no es sorprender, sino revelar eternas afinidades a través de distintas entonaciones; comparaciones, contrastes, bellas e inagotables enumeraciones, hipálages que dotan de humanidad a las cosas, y su amado oxímoron, país posible para las paradojas, para la libertad de pensamiento; reflexiones, memorias, percepciones, sensaciones y la imaginación que también es él y el sueño en que se teje la literatura y los libros como experiencias de la vida; pero sobre todo el adjetivo, el humano adjetivo, esa conmovedora adjetivación pensativa que es precisión de su escritura: Dos deberes tendría todo verso: Comunicar un hecho preciso y tocarnos físicamente como la cercanía del mar”.
Desde este momento comienza un dialogo no solamente inteligente sino sensible con la poesía de Borges, expresa: Vamos a dialogar con ella, con humildad, con ojos de lector que se apasiona y sonríe y padece y goza y comprende”. Este es apenas el comienzo de un capitulo extraordinario, lúcido y humano. A este capitulo le dedicaré una entrada especial.
Solo espero que este texto tenga más divulgación y ojala pueda entrevistar a la autora.

1.- Traigo una referencia de Jorge Volpi sobre la labor creativa de Sergio Pitol,  pertinente por la forma como se acerca la autora a la obra poética de Borges: Desde su primera publicación, "Victorio Ferri cuenta un cuento" (1958), Pitol ha aplicado con rigor esta consigna. Por más que sea posible descubrir el cúmulo de obsesiones que animan su escritura, su biografía permanece oculta, entreverada en la trama, los escenarios o los personajes de sus libros. Su vida ha devenido, pues, literatura: Pitol, como Borges, es ya un personaje que ha podido incorporarse naturalmente a los territorios de la ficción.


                                         









[1] Posada Ines. El humano adjetivo de la poesía. La poesía de Borges. Universidad pontificia Bolivariana. Pág 29

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