lunes, 24 de junio de 2024

MIS ENCUENTROS (RELATO)

 En alguna parte en el universo digital, leyendo sobre Afrodita, había leído que el amor llega cuando no lo han llamado. En los últimos dos años mi vida estaba centrada en el trabajo y el ascenso social que nos obliga una sociedad arribista y un capitalismo voraz en medio de una economía cada vez más apretada por avatares de una crisis que parece indefinida. Poco tiempo queda para los otros. Menos para la introspección y la meditación sobre lo que somos. Cualquier día me encontré con ella en las circunstancias más casuales que se pueda uno imaginar, sin ninguna cita y más por esas trampas del destino que son difíciles de descifrar, pero que no dejan de tener sentido. Ella decía, donde reina el amor sobran las leyes. Era consciente que no era del todo cierto y esto lo comprobé con el tiempo. 

Un día cualquiera en una reunión la vi y de inmediato sentí su fuerza, quedé con una imagen imperecedera que recurrentemente traigo a colación, admiré el movimiento de sus manos, su conversación pausada y firme, sus ojos bellos y directos y una ausencia total de falacias e imposturas. El primer día hablamos con el encanto que producen los primeros encuentros, con el deseo de no contrariar al otro, buscando complicidades. Ella nunca trataba de impresionarme, eso me agrado de sobremanera. Su lozanía y frescura parecían sinceras. En mi caso, trato de ser siempre la misma y responder a una naturaleza sin mayores complicaciones.  Con Freud había aprendido que "El amor es el estado al que llega el sujeto cuando se siente igual a la otra persona". Por lo menos en esas afinidades emocionales, es un hecho sin cortapisas que, esa niña me encantaba y por mucho tiempo no había sentido el fulgor de este encuentro.

Estuvimos hasta las tres de la mañana. La acerque a su casa. Nos despedimos con una afabilidad que delataba premonitoriamente el hecho de volvernos a ver, me lo decían sus ojos. Recuerdo esa noche llena de sorpresas para mí, como duré en dormirme tratando de descifrar todo lo que sentí, no deje de ilusionarme sobre paraísos aun inexistentes. Toda relación está marcada por el poder, por variables imposibles de determinar, al principio es indefinible y el misterio sobre el otro, es lo que nos cautiva. Todos los días por mi trabajo en la Biblioteca me encontraba con todo tipo de gentes, básicamente se basa en el servicio y la interrelación con lectores de todo tipo. Sentía que profesionalmente tenía mucho éxito a pesar de todo lo que me queda por conquistar en materia laboral y personal. Soy tranquila, pero mi carácter no tiene dobleces, lo que me ha traído problemas, pues el mundo burocrático está rodeado de hipocresías. Con sus compañeros la relación en todo caso es respetuosa y cordial, pese a las presiones que exige día a día la institucionalidad. Vivía con mi madre en una relación sin problemas, pero con las tensiones propias que ella conlleva. Asumir la independencia no es fácil, menos cuando eres única hija. Descubrí desde muy pequeña a través del deseo, del palpito que le daba mirar a otras niñas, del amor infantil lleno de silencios, su condición. Aprendió muy temprano que lo ideal es ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación. Su madre lo entendió, no sé sí le fue fácil o sufrió, lo cierto es que nunca tuvimos problemas al respecto, la relación siempre ha sido amable y llena de complicidades.

Mi primer amor fue muy bello. El último año del colegio me marcó por esta relación. Fue un permanente descubrimiento de mi naturaleza, de mis sentimientos, de lo que significa el otro en ese proceso de conocerse, de amarse a través de una relación y a la vez descifrarse en lo más recóndito del alma. Siempre tenía la frase de Tácito presente: Ama y haz lo que quieras. Si callas, callaras con amor; si gritas gritaras con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas perdonaras con amor. Sabía que hay personas que han llegado al mundo para amar a una sola mujer y casi siempre no se encuentran con ella. El primer amor se fue, por esas implacables imposturas del destino. Su pareja se fue para el extranjero y en una decisión sabia decidimos que era mejor no ilusionarse con amores en la distancia. Entendía que el amor es el anhelo de salir de uno mismoIgualmente era consciente que amar no significa mirar uno al otro, sino mirar ambos en la misma dirección.

Empecé a salir con Johana continuamente. La complicidad era absoluta y tenía el encanto que da conocerse entre los fulgores de una pasión contenida y el deseo de habitar el otro en toda su naturaleza. Conocer y descubrir en medio significa abrirse a los misterios que se delatan en estos procesos que resultan ser un encanto, el tiempo no tiene medida y la alegría parece infinita. Idealizamos, es inevitable, esta es la sentencia al principio. Las salidas eran constantes, no importa si íbamos a comer, a cine o a cualquier reunión. Mi madre la conoció y quedo encantada. Ella no representaba mayores complicaciones y evitaba discusiones que terminan en radicalismos o en aporías insustanciales. Para mí el humor y la inteligencia es vital en mi pareja y Johana me hacía reír con apuntes inteligentes e intempestivos. Los primeros meses estuvieron llenos de alegrías, de acuerdos cumplidos a cabalidad, nuestras vidas paralelas se ajustaban sin mayores problemas, pese a que íbamos delatándonos en detalles que hasta ahora no incomodan a ninguna de las dos. Decía el padre del psicoanálisis: El enamorado, cree de manera casi que ciega y se somete al otro de la pareja, porque se fascina con él y esto lo lleva incluso a borrarse como sujeto y sacrificar su propio deseo. A pesar de no estar de acuerdo, en ocasiones se sentía de esta manera. Para este pensador Austriaco el encantamiento que produce el amor dura muy poco. Un amigo Lacaniano decía que, en este tiempo, dura escasos meses.  

Comenzamos a ir muy seguido a reuniones y fiestas con los amigos mutuos. Entramos en esa fase de mostrarnos socialmente como pareja y compartir con los nuestros, reconocernos con el entorno en una especie de aceptación. Éramos una sola y como da lugar en estos casos, nos veían como la pareja perfecta. Al principio en el circulo social todo iba muy bien. Es una fase hermosa, pues frente a una relación da alientos y esperanzas de permanencia, estabilidad que, nos hace ilusionar sobre el futuro. Estaba claro que las conquistas no dejan de acarrear francos o sutiles detrimentos del medio circundante, de la vida social y hasta de lo humano mismo.

En algún momento sentí que tenía pareja. Johana hacía parte de mi universo y me daba mucha felicidad. Me preocupaba que hubiese pocas diferencias, temía que estuviésemos flotando sobre una nube de ilusiones que no dejan al final de ser falaces y se derrumban con el tiempo.

descubrió y leyó en una revista del portal de la universidad que la sensibilidad perteneciera a un ámbito inferior o menos esencial que la razón -una concepción, por cierto, estrecha de la razón- o, por otro lado, la sensibilidad se ha contemplado desde una perspectiva innata y biológica tan importan como la razón y las emociones. Este paradigma lo descubrió en un evento que cambiaría la relación con Johana. Escruto etimológicamente este término para entender lo que pasó: "Etimológicamente, la palabra "sensibilidad" viene del latín sensibilitas y significa "cualidad de poder percibir estímulos, por medio de los sentidos. hace referencia a un conocimiento de sensaciones internas, en las que se remite a nuestra vida mental y emocional como la tristeza o nuestros pensamientos y al final las acciones que parecen no tener sentido y al final están llenas del mismo. 

Un viernes cualquiera, nos llamó una amiga para que fuéramos a una rumba. Estábamos felices y no lo pensamos para aceptar. Lo importante era estar juntas. Había un cielo azul, abierto y bello. Johana tenía una minifalda hermosa y una blusa corta que la hacía ver muy atractiva. Pasamos a la dirección que nos dieron. El apartamento era amplio y estaba lleno de gente joven,  personas que parecen siempre bien puestas, muchachos y niñas hermosas. La música ni hablar, americana de los 80 y 90, uno que otro reguetón, ron y aguardiente a la lata. De antemano sabía que uno que otro estaba trabado y el perico no hace falta. Ahí estaba con Johana......El lugar, la gente y el sitio me cautivaron...mujeres hermosas, bailando con mucho sexapil. Había una especial que me encantaba y no dejaba de mirarla. La sensualidad de su baile, el movimiento de su cintura y unos labios expresivos y hermosos. Me parecía que era un poco más alta que yo. Los tragos no dejaban de ofrecerlos y menos de tomárnoslos. La noche a eso de las 12 estaba más que prendida. Johana estaba feliz y nada parecía incomodarla. Me decía continuamente: Marcela estas contenta....Claro le respondía...Super. Me di cuenta que ya estábamos filtiando con la niña.  sabia que la atracción es la fuerza que se ejerce sobre alguien con una dirección y un destino determinado, atrayendo sobre sí la viscosidad de la libido. Era muy consciente que no debía pasar de las miradas y los coqueteos furtivos. Realmente comencé a sentirme más allá de prendida, las inhibiciones se reducen a cero y pareciera que somos capaces de romper todas las reglas. Recordaba que el deseo y la necesidad van juntos. El deseo nace de la necesidad de un estado de tensión interna y encuentra su satisfacción por una acción específica que procura encontrar el objeto adecuado o la persona. También era consciente  que el principio del placer junto con el principio de realidad  rigen el funcionamiento psíquico humano. Vano todas estas explicaciones, cuando me di cuenta estaba con la niña en la cocina. Nos besamos con el placer y la complacencia de los encuentros llenos de complicidad y deseo. Fueron diez minutos de absoluto encanto. Al final, cuando me alejé un poco de esta hermosa mujer, me di cuenta que Johana estaba en la puerta impertérrita. Meditaba y me decía como consuelo El enamoramiento tiende a ser más irracional, mientras que el amor es más racional y profundo, basado en el afecto y la comunicación. El enamoramiento puede surgir rápidamente debido a expectativas, atracción física y otros factores, mientras que el amor se desarrolla con el tiempo. Salimos inmediatamente de la rumba, no cruzamos una palabra y cada una termino en su apartamento con su propia tragedia.

Al otro día me levante con un dolor de cabeza tenaz, no estaba confundida, se me agolpaban en cambio, mil interrogantes al mismo tiempo y todos contradictorios}. Esperaba un poco de calma con el fin de dilucidar todo lo que había pasado. Pensaba en la sensibilidad, el deseo, la lealtad, la fidelidad y en los hechos irredimibles. Mi mami que me conocía como nadie, comenzó desde las 11 de la mañana a preguntarme que si me había pasado algo. En este día no hable con nadie y solo trate de calmar la cascada de pensamientos angustiantes. Pensaba que estaba así no por mí, sino por tener que explicarle a un tercero lo que pasó. 

Después de dos días hable con Johana. Entendía que el amor siempre muy carca de las puertas del infierno. Me reclamó con mucha sutileza, pese a que trató de no ofenderme frente a lo sucedido, al final, no se contuvo y lo hizo con vehemencia. Le explique que fue un momento, pero no fue de debilidad, sino una atracción incontenible. Ella no lo entendía. Todos los componentes psicológicos o psicoanalíticos poco le importaban. Tenía una idea unidimensional sobre las personas. En todo caso le pedí perdón por la imprudencia y le expresé que la amaba. Nada bastó, hasta el punto de que, con el tiempo empecé a pensar en mi condición, en mi autonomía y en el hecho de que para amar a alguien primero me debo amar yo misma, descubrirme y manejar mi vida con absoluta autonomía. En este galimatías asumí que lo más inteligente era partir de cero, dejar a Johana con su machismo y encontrarme profundamente con mi ser. Debería aprender a amar sin dominios en absoluta libertad. No quería decir que no me dolía alejarme, pero era consciente que esta decisión no tenía reversa. Recordé el título de un libro de Silvia Galvis: "De la caída de un ángel puro por culpa de un beso apasionado".


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