jueves, 16 de octubre de 2025

RECORDANDO EL MOVIMIENTO NADAISTA PROLEGOMENOS PARA UN ANIVERSARIO

 Son muchos los documentos y ensayos sobre la historia de este movimiento que impacto al país, no solo de manera estética y literaria, sino socialmente, partiendo de ser una nación, hipócrita, mojigata y conservadora, inmersa para los años cincuenta del siglo pasado, en las disputas viscerales de una elite, centrada en los partidos tradicionales, por el poder, quienes no tuvieron ninguna vergüenza ni despacho para enfrentar al campesinado en actos absolutamente demoniacos, donde el pan de cada día eran los muertos, asesinatos a granel amparados en un sectarismo vergonzante, mientras ellos, burgueses del peor descaro empeño, exiliados, se repartían el usufructo del estado y sus instituciones sin ningún recato.

La revista "Cronopio" en un artículo, estableció: "Con ocasión de este nuevo aniversario de la creación del Nadaísmo, nos parece pertinente detenernos a reflexionar unos instantes sobre las causas que lo provocaron, las características de algunos de los diferentes miembros que hicieron parte de él y lo que ha quedado o no de este colectivo en la historia de la literatura colombiana. ¿Se trató solamente de un «ismo» más como tantos otros en nuestro país, efímero, necesariamente pasado de moda hoy en día y condenado a permanecer en libros olvidados y polvorientos? o, más bien, ¿de un movimiento que caló profundamente en las mentes de los jóvenes de la época y de sus descendientes?".

El articulista señala que sus principales exponentes son victimas de una sociedad clerical y opresiva. Creo que son más contestarios conscientes de una época que de alguna manera los oprimía y gracias a sus lecturas, contacto con lo que sucedía en el mundo intelectual y conciencia, reacción con algo más que su propia tragedia, cada momento tiene su afán, es un hecho. 

El nadaísmo se originó en 1958, en Medellín, Colombia, por iniciativa del escritor Gonzalo Arango. Su nacimiento estuvo ligado al contexto del país, caracterizado por una extrema violencia social y política, y por la doble moral de quienes debían mantener el orden y buen funcionamiento del Estado.

Este movimiento literario y filosófico cobró vida en medio de una sociedad gobernada por las jugadas políticas que llevaron al poder a Gustavo Rojas Pinilla, tras asestarle un golpe de Estado a Laureano Gómez. El nadaísmo surgió como un mecanismo de defensa ante las tradiciones religiosas, sociales y literarias de mediados del siglo XX.

El primer paso de Arango fue motivar a un grupo de jóvenes escritores a que se unieran al movimiento. Los integrantes del nadaísmo buscaban molestar a las altas esferas de la sociedad apelando a una constante protesta social de las normas establecidas.

El nadaísmo buscó con intensidad quebrantar y desestabilizar el “orden” establecido en un ambiente caracterizado por la miseria y los convencionalismos. Hubo en este movimiento la necesidad de incorporar innovaciones literarias de vanguardia para expresar más libremente su percepción de la vida.

De la mano de muchas de las premisas de André Breton en su manifiesto surrealista (1924), Arango redactó también el primer manifiesto nadaísta, en 1958, aparecido en la revista Amistad de Medellín. El documento fue dividido en trece estatutos, y en ellos se establecerían los ideales y aspiraciones humanas, artísticas o sociales.



Gonzalo Arango nació el 18 de enero de 1931 en la localidad de los Andes, Antioquia. Fue escritor, periodista y poeta. Su obra literaria se vio marcada por los conflictos entre liberales y conservadores y por el papel de la iglesia en la educación en sus años de adolescente. Por tal motivo, sus escritos fueron rebeldes y desafiantes.

La oposición constante de Arango a lo que imponía la sociedad de su época y a la literatura que se desarrolló lo condujo a crear el nadaísmo. Fue así como se alejó del sentimentalismo para darle paso a lo nuevo. El poeta falleció el 25 de septiembre de 1976 a causa de un accidente automovilístico, pero dejó un legado de una estética literaria renovada.



Expresa Gonzalo Arango: "El Nadaísmo, en un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados pasivos del espíritu y la cultura. Ustedes me preguntarán por una definición más exacta. Yo no sabría decir lo que es, pues toda definición implica un límite. Su contenido es muy vasto, es un estado del espíritu revolucionario, y excede toda clase de previsiones y posibilidades".

Eduardo Escobar escribió al respecto: "Nos declararon varias veces idiotas redomados, degenerados, mugre. Los insultos nos hacían sentir en la opulencia. Los nadaístas son declarados indeseables por las autoridades de Manizales. Van a Pereira. En Cali habían adherido a las promesas de la nueva oscuridad Diego León Giraldo, Jotamario, Alfredo Sánchez, Elmo Valencia, Fanny Buitrago, Dukardo Hinestroza. Difunden el Primer Manifiesto Nadaísta, escrito por gonzaloarango, primero y último documento programático del nadaísmo, editado humildemente con la solidaria financiación de Humberto Navarro en la Tipografía Amistad de Medellín, donde está consignado: «El nadaísmo es, en un concepto muy limitado, una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual y la cultura»".

En una segunda entrega hondaré más sobre el tema. Es un hecho que es casi nulo el aporte crítico, lo que me interesa es recordar en este blog un movimiento de suma importancia en la historia estética del país.





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