domingo, 18 de abril de 2010

LA TERTULIA EL MURO DE MEDELLIN

Algunas tertulias literarias son y fueron muy famosas. La independencia nuestra empezó a cuajarse en este tipo de reuniones realizadas por Nariño. Según Justo Fernández Pastor, la palabra se asocia con Tertuliano de Cartago (Quinto Septimio Florencio Tertuliano), famoso Padre de la Iglesia del siglo III, orador y apologeta con gran dominio de la retórica en su forma de argumentar. A este gran retórico se le llamaba tre Tullius “el que vale tres veces como Tulio (= Marco Tulio Cicerón)”, el gran orador romano”. Dice el mismo autor: En el siglo XVII, se comenzaron a formar círculos de gente culta que se reunía en algún local para leer a Tertuliano y a los grandes retóricos de la antigüedad y, de esta manera, aprender a conversar y argumentar en los salones. De esta forma se puso de moda entre las clases acomodadas las obras de este abogado y erudito, famoso por defender el cristianismo en unos discursos ricos en juegos de palabras. Bajo el reinado de Felipe IV, a las personas que se reunían para comentar a Tertuliano se las denominó así, tertulianos, y a esas reuniones se las conoció como tertulias. Ósea, esta como la siesta, es una institución netamente Española. La tertulia siempre es informal y ahora no solo se hacen para hablar de literatura, son variopintas, existen de política, filosofía etc.

Fueron célebres en España. En el siglo XVIII la granadina Academia del Trípode, la Tertulia de la Fonda de San Sebastián o la que mantenía el helenista Pedro Estala en su celda de escolapio. El establecimiento de Sociedades Económicas de Amigos del País a fines del siglo XVIII facilitó la creación de este tipo de asociacionismo.

En el XIX lo fue la tertulia romántica de El Parnasillo, que se reunía en el Café del Príncipe, la de escritores posrománticos de La Cuerda en Granada y su extensión en Madrid, que era la mantenida por Gregorio Cruzada Villamil, la del Café Suizo de los hermanos Bécquer o la de escritores realistas del Bilis club en Madrid, integrada por Leopoldo Alas "Clarín" y otros escritores asturianos; la construcción de nuevos espacios de socialización como los casinos posibilitó asimismo la creación de tertulias fijas en las provincias; en otras ocasiones las tertulias se celebraban en reboticas o lugares parecidos.

Colombia tiene unas muy famosas y hay algunos trabajos al respecto. Augusto Escobar Mesa (1), cuenta la excelente historia de la tertulia en Medellín por los sesenta creada por Gonzalo Restrepo Jaramillo, quienes inicialmente se reunían en la sala de la rectoría de la Universidad de Antioquia todos los miércoles. Dice el autor: Entre los distintos miembros del grupo: Sofía Ospina de Navarro, Gonzalo Restrepo Jaramillo, Pilarica Alvear, Olga Elena Mattei, María Helena Uribe, Manuel Mejía Vallejo, Rocío Vélez, Arturo Echeverri Mejía, Regina Mejía, Jaime Sanín Echeverri y Jorge Montoya Toro se observan diferencias no sólo de edad sino también de mentalidad y estilo.”

Existen sitios famosos, donde la tertulia era permanente, puntos de encuentro. El Café automático de Bogotá, la Cueva en Barranquilla, La librería Gran-Colombia, la librería Oveja Negra.

En el mundo hay algunos lugares emblemáticos. en Barcelona en Els Quatre Gats donde coincidieron en sus tertulias literatos como, Josep Aladern/Cosme Vidal i Rosich (1869-1918), los Hermanos Alvarez Quintero/Joaquín (1873-1944) y Serafín (1871-1938), Rubén Darío.

México es caso aparte y requiere un articulo especial, es sabido que Alfonso Reyes propicio verdaderas tertulias no solo desde su casa, sino en algunas instituciones culturales. Caso especial es Viena, donde alguna vez en el mismo café coincidieron Lenin, Freud, Witggesteng y Einstein.

El Café Tortoni de Buenos Aires, es el café más antiguo de la Argentina, fue visitado por personalidades como: Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938), el pintor Benito Quinquela Martín (Argentina, 1890-1977), Carlos Gardel (Argentina, 1890-1935), Baldomero Fernández Moreno (Argentina, 1886-1950), Luigi Pirandello (Italia, 1867-1936) o Federico García Lorca (España, 1898-1936), entre otros.

Medellín, y gracias al mecenazgo espontaneo de la librería “Al pie de la letra” ha creado un punto de encuentro, un lugar de tertulia que convoca al más diverso grupo de intelectuales y lectores variopintos. Se reúnen todos los viernes, tiene un programa continuo y poco acartonado, que incluye lanzamientos, convocatorias a conversatorios sobre diversos temas, propiciando un  ambiente que incita a la lectura y la interpretación de nuestro entorno desde una perspectiva intelectual por fuera del canon.

Al frente de la librería, en un callejón peatonal hay un “Muro”, que le da el nombre a esta tertulia. La palabra tiene connotaciones históricas y musicales muy curiosas, por ejemplo es signo de la oleada de apartheid, por la cual se aislan a núcleos humanos impunemente. Qué la humanidad  implemente estas construcciones faraonicas, es un retroceso inexplicable. Aquí representa todo lo contrario: libertad, anarquía y cierta irresponsabilidad para tratar temas que a muy poco les interesa en medio de los procesos de estandarización que han sometido el pensamiento por estos tiempos. La única manera de conocerla es asistiendo. Tratare de seguir trasmitiéndoles mis impresiones y por que no recrear alguna de ellas.



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