domingo, 1 de abril de 2018

EL COLOR DE UNA NOCHE ( RELATO)

Placebo es un Bar que queda en Santa Elena, una vereda muy pequeña  a 2200 metros sobre el nivel del mar, situado en el pico de una montaña desde donde se divisa Medellín como una postal inasible y bella. Llamó y me dijo: Me acompañas a Santa que estoy un poco triste…puedes? Al poco tiempo estábamos subiendo hacía la cresta de Llano Grande, oyendo música de mi celular, cerrados en el universo de nuestra química, esbozando teorías y comentarios sobre lo divino y lo humano con una complicidad hermosa por la gracia de una amistad construida a fuerza de mucha honradez y afinidades cargadas de tolerancia y respeto. Veía su hermoso rostro, el pelo crespo, abundante, complexo que le cubre todo el torso, parece un cuadro realizado por un pintor abstracto que resalta un denso universo indescifrable, lleno de mensajes intraducibles que ahora disfruto de sobremanera, la define en su totalidad, está claro que algunas cosas no requieren interpretaciones ni alusiones. Cuando canta cierra los ojos, recuerdo una escena  de la película de Frida Khalo con Salma Hayek, bailaba y disfrutaba un bolero en una meditación profunda, la intimidad de sus rememoraciones eran evidentes. Mi amiga, canta y maneja al tiempo,  entregada totalmente, cada verso, cada metáfora, como gotas de un pasado y una intimidad inenarrable las sentía con fervor y pasión, su voz nos abarca; las letras siempre son mensajes cifrados que se confunden con nuestra existencia, nos traen momentos que están ahí repicando por alguna razón, saudade especial y sublime, exaltan al más frío de los mortales; los ritmos se entrelazan, por segundos la vida es otra, ya nada importa, mi felicidad es absoluta, se desplazan todos los espacios, se siente una alegría infinita a pesar del poco tiempo en que nos abraza tan particular estado; el carro remonta la cresta de la montaña entre un aroma vegetal exuberante. Llegamos rápido a Santa, sacamos el perro y el gato, dos hermosos animales que son el hogar, esperaban desesperados, se alegran, saltan. Después atendió el orden de la casa, todo deberá estar en su puesto, era de noche, helaje infernal, dejamos la casa y salimos a buscar el sitio escogido por ella. Se llama placebo……las palabras son como cajas  de herramientas…  Sustancia que carece de acción curativa pero produce un efecto terapéutico si el enfermo la toma convencido de que es un medicamento realmente eficaz… La mayoría de veces en la vida, actuamos buscando placebos ante la poca incidencia de nuestras decisiones importantes, la vida siempre parece prestada, cargada de servidumbres, paradójico el nombre de este bar, psicología invertida. El sitio es hermoso, de madera, más ancho que largo, parece un rancho rural del viejo oeste, los colores naturales se sobreponen a la niebla que oculta en su densa atmósfera las formas y las siluetas, un gris de fondo, el encanto es total: La noche, el lugar, la química, el ánimo, el vino caliente, el baile sensual…su cuerpo se mueve atendiendo una fuerza interior que me sobrecoge…….las palabras se toman el momento, sólo hablamos de cosas bellas, de recuerdos….De pronto estamos bailando salsa, el crepitar de los bajos y las letras que evocan los años 80 son otra cosa, latinos para siempre, cierta locura nos  toma, dejar todo a un lado, danzar…….Se nos olvidó de pronto que al carro no le cierra una ventana, que  la noche es corta, que la vida nunca sale como queremos…recuerdo a Cortázar:” Las nubes aplastadas y rojas sobre el barrio latino de noche, el aire húmedo con todavía algunas gotas de agua que un viento desganado tiraba contra la ventana malamente iluminada, los vidrios sucios, uno de ellos roto y arreglado con un pedazo de esparadrapo rosa”….la literatura con sus historias que repetimos en la vida real nos delata…….Maga ese personaje de “Rayuela” que siempre me acompaña…………el pelo crespo, suelto, la cintura que parece girar en medio de cortos pasos, arabescos que me crispan, vida plena. Así como una lectura nos llega en el momento justo, hay hechos que esperábamos se dieran y de súbito nos sorprenden, la magia del destino…Son regalos de la vida………..El tiempo corre, la noche no se detiene y de pronto el dueño del Bar nos dice: Pese a la felicidad que expresan…tenemos que cerrar…No va más…..La vida vuelve por su cauce…bajo solo en un taxi de Santa Elena…Llevo paz y felicidad …Estas son las sumas de la vida….Dormiré tranquilo, no se sí esta será una pagina literaria o un recuerdo eterno de mi vida.

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