viernes, 23 de marzo de 2018

RECUERDO DEL BOOM DE LA NOVELA LATINOAMERICANA

Juan Gustavo Cobo Borda


Quiero empezar un trabajo riguroso sobre el llamado Boom Latinoamericano de la literatura, movimiento de mucha resonancia en el mundo y en Hispanoamérica, en el espectro de los estudios académicos adquiere cada vez más importancia por lo que significó y significa para la literatura universal. Empiezo con este ensayo del gran crítico y poeta Colombiano Cobo Borda, quien es un testigo de cargo de este movimiento, no sólo conoció  cada uno de los autores del Boom, sino que estudió y leyó sus obras. Trataré de darle un orden y después hacer el análisis de cada uno de los escritores que lo conforman sin olvidar cuales es el eje y la perspectiva desde donde los estudiamos, que no será otra que este movimiento. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE HUERTAS

En octubre de 1963 la Editorial Seix-Barral de Barcelona publicaba un libro titulado La ciudad y los perros. Su autor: el peruano Mario Vargas Llosa nacido en 1936. Era su primera novela. Habia ganado, por unanimidad, el premio Biblioteca Breve, auspiciado por la editorial. Su titulo cuando fue presentado al concurso era Los impostores y había tenido problemas con la censura española antes de ser editada.

Como lo recordo Carlos Barral en 1966 : "En los dos ultimos años, el sesenta por ciento de los libros españoles que someti a la censura no fueron autorizados": Ahora, ante Carlos Robles Piquer, director de Cultura General y Espectaculos, comenzaba el calvario con los latinoamericanos. La novela, sobre adolescentes en un colegio militar peruano, el Leoncio Prado, se prestaba para toda clase de susceptibilidades por parte de la censura franquista: el ejercito, la sexualidad juvenil, las malas palabras, la blasfemia, el humor crudo, la delacion. Ante ello Mario Vargas Llosa tuvo que suavizar "alguno episodios introduciendo un clima de ambiguedad a base de eufemismos y frases elipticas", como reconocio en su carta a Robles Piquer. Asi lo ha documentado el valioso (y voluminoso) tomo editado por Joaquin Marco y Jordi Gracia : La llegada de los barbaros. La recepcion de la literatura latinoamericana en España 1960-1981 (Barcelona, Edhasa, 2004, 1. 183 paginas).


Esta primera edicion de La ciudad y los perros vendria tambien amparada en la contratapa, por una serie de opiniones criticas, firmadas por extranjeros, como Roger Caillois o Alastair Reid, y una de Julio Cortazar que la censura española tacho con su lapiz rojo y que concluia de esta forma:


"Impecable testigo del infierno, su alucinante experiencia puede ser
tambien formula de redencion el dia que nuestros pueblos descubran la libertad profunda que espera su hora enterrada al pie de las estatuas ecuestres de las plazas". (p.203).


Ademas un prologo de Jose Maira Valverde, ensayista e historiados de la literatura hispanoamericana, poeta catolico quien habia sido miembro del jurado, inserto en hojas anaranjadas al comienzo del libro, y el cual nunca fue reeditado, señalaba euforico : "Es la mejor novela de lengua española desde Don Segundo Sombre, que se publico en el mismo año que naci yo, 1926".


Concepto que habia razonado antes con singular perspicacia critica:
"Para resumirlo en una palabra clave: se trata de una novela "poetica" en que culmna la manera actual de entender la prosa narrativa entre los hispanoamericanos - para fortuna de ellos". Y añadia
"Cada palabra, cada frase, esta dicha y oida como un poema. "En algunas ocasiones, y precisamente para velar episodios de especial crudeza, el lenguaje se musicaliza, se pone en trance hipnotico: hasta las palabras se convierten en elementos ritmicos, se depuran en su funcion de sonido, de cracion de atmosferas,confusa y sugerente a la vez, en que importa mas el estado de animo que lo que pasa. Para el lector español los frecuentes americanismos y peruanismos contribuyen a esa funcion magica del lenguaje".
Aqui comienza el boom de la novela latinoamericana, "fenomeno exterior de un acontecimiento mucho mas importante : la mayoria de edad de las letras latinoamericanas" (p.58) tal como lo definio uno de sus mas entusiastas promotores, el critico uruguayo Emir Rodriguez Moonegal, en un libro pionero: El boom de la novela latinoamericana(Caracas, Tiempo Nuevo, 1972).


Tendria asi, en Barcelona, su capital editorial, donde los catalanes primero, buscaban recuperar el mercado editorial hispanoamericano, y donde España toda intentaba ir mas alla de los topicos de Madre Patria e Hispanidad dirigiendose al amplio publico que hablaba español en este continente. Comercial, entonces, y politico, en medio de las confrontaciones de la guerra fria, no debemos perder la razon de ser literaria del fenomeno. Iniciandose en los sesenta en España, contra la censura franquista, y cerrandose, de algun modo, en 1971, en Cuba, contra la censura castrista: el caso de Heberto Padilla, la critica de su libro Fuera de juego y las palabras lapidatorias de Fidel Castro sobre esos "agentillos del colonialismo cultural", que "vivian en los salones burgueses usufructuando la fama que ganaron cuando en una primera fase fueron capaces de expresar algo de los problemas latinoamericanos" (Palabras al clausurar el Primer Congreso Nacional de Educacion y Cultura, 1 de mayo de 1971).


Pero antes que fijarnos en la censura castrista contra figuras como Padilla, Reynaldo Arenas o Virgilio Piñera, vale la pena consignar algunos frutos indirectos del boom latinoamericano en la propia España. El realismo social español y una literatura predeterminada por la censura, al igual que una prensa diaria orientada por el Estado, se vieron cuestionados por estos narradores, como fue el caso de Carlos Fuentes, al denunciar en Mexico, las exigencias de los censores españoles contra su novela Cambio de piel (1967), que, ganadora del premio Biblioteca Breve, no pudo ser editadad en España.

Como señala Jordia Gracia estas novelas quizas contribuyeron indirectamente tambien al soñado europeismo de una España vetada, a la implantacion de un capitalismo neoliberal, la venta a credito, los electrodomesticos, las vacaciones pagas, y en definitiva, "habitos mas libres de vida publica y privada. ¬Fueron los barbaros nuestros complices?".

Esos barbaros, las figuras claves del boom, los capo-mafia, serian Julio Cortazar, Carlos Fuentes, Gabriel Garcia Marquez y Mario Vargas Llosa, segun el libro testimonial escrito por el novelista chileno Jose Donoso: Historia personal del boom (Barcelona, Anagrama, 1983). La quinta silla, mas rotatoria, podria ser ocupada por el propio Donoso, u otras figuras que en un momento dado el boom involucro en sus avatares mediaticos o polemicos, como pudo ser Guillermo Cabrera Infante, disidente pionero de la revolucion cubara a la cual califico de simple socializadora de la miseria. Salvador Garmendia o Jorge Edwards, residentes entonces en Barcelona, donde Edwards concluiria Persona non grata. En todo caso, y como lo subraya Donoso, en un periodo de apenas 6 años, entre el 62 y el 68, se leyeron La muerte de Artemio Cruz, La ciudad y los perros, La casa verde, El astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre heroes y tumbas y Cien años de soledad. Eso es lo que cuenta -y queda. Lo que justifica el llamado boom. 


París : julio de 1966. Aparece el No. 1 de MUNDO NUEVO, revista auspiciada por la Fundación Ford, y dirigida por el critico uruguayo Emir Rodríguez Monegal quien había preparado ediciones de Jose Enrique Rodo (Aguilar) y quien publicaría cuatro biografías fundamentales: las de Andrés Bello, Horacio Quiroga, Pablo Neruda y Jorge Luis Borges. Presentaría en la revista a los escritores del boom mediante extensas e informadas entrevistas. Comenzaría en el No.1 con Carlos Fuentes donde el nombre se Susan Sontag y la estética camp se mencionaría con frecuencia. Seguirán Severe Sarduy, Mario Vargas Llosa, Ernesto Sabato, Guillermo Cabrera Infante, entro otros. Luis Harss adelantaría también las suyas que integrarían un libro como Los nuestros (1966). Se destacan las dedicadas a Julio Cortazar y Gabriel García Márquez de quien se anticiparían , por cierto, dos capítulos inéditos entonces de Cien años de soledad, en dos números diferentes.

Pero la revista no solo reviso el pasado, en artículos dedicados a Rubén Darío, Cesar Vallejo o Leopoldo Marechal, sino que Ciro Alegría, Alejo Carpentier y el Nobel a Miguel Angel Asturias en 1967 serias releídos con una óptica mas actual : El sicoanálisis, el estructuralismo de Roland Barthes. Pero también los poetas como Pablo Neruda, Octavio Paz, Nicanor Parra, Carlos Germán Belli y Homero Aridjis tuvieron su cuota al igual que el poeta transmutado en narrador: el cubano Jose Lezama Lima sobre el cual polemizaría Rodríguez Monegal con Mario Vargas Llosa a propósito de las referencias homosexuales en su novela Paradiso.


A su vez una nueva generacion encontro acogida generosa en sus paginas : Manuel Puig, quizas el mas interesante, junto con Reynaldo Arenas, Nestor Sanchez y Gustavo Sainz. Insinuandose, en todo caso , ese post-boom, de triple p, como lo llamo alguien : parodia, pop y poesia. El impulso se habia transformado y cuando Rodriguez Monegal se retira, en el No. 25 de julio de 1968, el debate sobre la financiacion de la revista, atribuida a la CIA, no alcanza a opacar su tarea. Dos libros, escritos años despues, con optica de izquierda, registran los hechos y la polemica, en el marco de la guerra fria : el de Claudia Gilman : Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revlucionaria en America Latina. Buenos Aires, Siglo XXI, 2003 y el de Jean Franco : Decadencia y caida de la ciudad letrada. La literatura latinoamericana durante la guerra fria. Barcelona, 2003.
Podria decirse que si Barcelona habia lanzado los textos, Paris los habia leido e interpretado. No solo en los puntuales analisis de Rodriguez Monegal sino en un libro-manifiesto que Carlos Fuentes publicaria en 1969 en Mexico : La nueva novela latinoamericana, donde con similares instrumentos criticos se fijaba no solo en los precursores ineludibles -Borges, Onetti, Rulfo- sino que ahondaba en figuras como Carpentier, Cortazar, Vargas Llosa, Garcia Marquez y Juan Goytisolo, reanudando asi el dialogo polemico con España.
Eran tiempos de euforia, nacidos a partir del triunfo de la revolucion cubana, en 1959, la figura del Che Guevara y la musica de los Beatles. MUNDO NUEVO tambien registro en sus paginas hechos claves como el fracaso de Estados Unidos en Vietnam y sus repercusiones en la sociedad norteamericana. La guerrilla en Bolivia y Guatemala. Los militares en el Brasil. Tiempos en donde las palabras como "desmitificacion", "compromiso" y "liberacion" serian proverbiales, al igual que "Tercer Mundo" y "Revolucion".

Pero que el periodico del ejercito cubano, llamado "Verde Olivo", cuestionara los versos contestarios del poeta Heberto Padilla, donde afirmaba que el poeta era un eterno aguafiestas, incapaz de marchar al ritmo acompasado de la histora, indicaba como la fiesta estaba a punto de concluir. Con la revolucion Todo. Contra la revolucion Nada. Aqui, los partidarios de Fidel. En las tinieblas exteriores, los otros: Sartre, Enzensberg, Vargas Llosa.


El triunfo de la revolucion cubana y su lucha en el campo cultura, en contra de Estados Unidos, y su bloqueo a la isla, repercutieron en todo el continente. Cuba se hizo militantemente latinoamericana y caribeña, "la patria grande" de Marti, y su combate, en todos los campos, contra la penetracion cultural norteamericana, puede medirse bien en el libro que Marta Traba dedicaria a las artes plasticas. Al auge del grabado, al elogio de Susan Sontag al afiche cubano, y a un arte de la resistencia, en contra de los desvitalizados modelos tecnologicos y consumistas. Marta Traba : Dos decadas vulnerables en las artes plasticas latinoamericanas. Mexico, Siglo XXI, 1973, que bien podemos resumir en un : No todo viene del Norte. Tambien el Sur tiene mucho que decir, en novela y en pintura.


Asi lo entenderian organismos como Casa de las Americas, en Cuba, y su revista, fundada en 1960, sus publicaciones, concursos, congresos y exposiciones. Un punto de encuentro y un arma de combate, reafirmando identidad y autonomia. Desde alli se promocionarian poetas como Lihn, Gelman, Dalton o Cisneros, sin olvidar a Ernesto Cardenal y al director de la misma, Roberto Fernandez Retamar. Y la publicacion de trabajos criticos que secundaron la eclosion de la novela. Tal el caso del ensayo de Angel Rama : "Diez problemas para el novelista hispanoamericano", aparecido en el No. 26, octubre-noviembre de 1964, de la revista editada en La Habana.

Rama habla de un tiempo, "urgido, desgarrado, contradictorio, como en epoca de revolucion inminente", y como esos tiempos resultan incitantes para la creacion literaria. Esas obras, "talentosas, pero sin continuidad", que caracterizaron al siglo XIX, parecen superarse. El publico de la novela : la pequeña burguesia. La clase media, se amplia con las nuevas promociones universitarias, y editoriales como el Fondo de Cultura Economica, de Mexico, y sus colecciones Popular y Letras Mexicanas, donde ven la luz El llano en llamas (1953) y Pedro Paramo (1955) de Juan Rulfo y La region mas transparente (1958) de Carlos Fuentes, las cuales abren espacios a la lectura, aun cuando como señala Rama ediciones optimas de 5 000 ejemplares no son nada en el desierto de 200 millones de habitantes de un continente de mayoria analfabeta.

Igual sucederia en el otro extremo, en Buenos Aires donde El Aleph (1949) de Jorge Luis Borges y La vida breve (1950) de Juan Carlos Onetti mantenian su prestigio minoritario entre iniciados. Pero fue alli, en Buenos Aires, donde el boom se hizo estruendosa realidad, cuando la Editorial Sudamericana lanzo en 1967 los 8 000 ejemplares iniciales de Cien años de soledad.

Su multitudinaria acogida fue la que dio sentido e irradiacion a este trajinado "boom", en nuevos nucleos de lectores, en incesantes traducciones, en el rol social y politico de los escritores. Se hablo entonces de un continente que habia encontrado por fin rostro e imagen y se supo, en el largo plazo, que no seria la revolucion la que perduraria sino esas criaturas imaginarias que levitarian desde las paginas afiebradas de estos narradores poseidos por sus fantasmas. No Colombia sino Macondo. No los Garcia Marquez sno la estirpe de los Buendia. Siendo fiel a la observacion de Angel Rama en el mencionado trabajo cuando afirma : "toda gran creacion literaria se situa en la encrucijada de una tradicion nacional y una influencia extranjera", tambien estas obras maduras que tantas veces se han mencionado, y que surgian en una coyuntura donde la palabra cambio era la determinante, incluso el cambio revolucionario, comfirmaban otra de las afirmaciones de Rama en torno a la novela, "genero burgues":Curiosamente, quienes en esos momentos resultan mas capaces de una creacion, o estan en situacion mas favorable para ella, son aquellos que se oponen al cambio".

Todas esas novelas, como el tiempo lo ha demostrado, de Cien años de soledad a Paradiso, de Tres tristes tigres a El obsceno pajaro de la noche, son elegias por mundos que agonizan. Obituarios nostalgicos de realidades que quizas ya solo subsistan en sus paginas. El "boom", que anunciaba el futuro, ahora bien podemos verlo como el angel de Paul Klee, vuelto el ro0stro hacia un pasado que dejaba de existir, convertido en ficcion absoluta. La historia son ruinas. La novela: paginas aun vivas.

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