domingo, 16 de marzo de 2014

NOTICIAS LITERARIAS Y ALGUNAS LECTURAS

Ayer escuche en la radio  colombiana algunos comentarios sobre el interés de sectores importantes de la cultura Mexicana  por la obra y vida de Octavio Paz.  La obra de Paz, como la voz de Gardel, con el tiempo se disfruta más, su importancia es incuestionable, adquirió el sitial propio entre los grandes escritores universales. Es un ensayista de la línea de Reyes y Borges, humanista a carta cabal, escribió sobre lo divino y lo humano. Sus artículos sobre pintura, de crítica literaria, sobre la revolución lingüística y antropología, de poesía, de interpretación sobre la opacidad genealógica del ser mexicano ( El laberinto de la soledad), dejaron una huella muy grande desde la perspectiva estética, la cual no es valorado por las generaciones nuevas, más por falta de divulgación que por otra cosa. Qué bien por México.  
Se inaugura en la biblioteca Nacional de España una exposición sobre la generación del 14 del siglo pasado.  Es difícil hablar con la juventud sobre este tema. Nada les dice Ortega y Gasset, menos Juan Ramón Jiménez y ni que hablar de la saga de pensadores y científicos de esta tormentosa época que antecedió a la primera guerra mundial. Fundamentalmente busca recordar el legado histórico, científico, cultural y político de aquellos hombres y mujeres fundamentales en la historia de España del siglo XX y que se podrá ver entre el 14 de marzo y el 1 de junio en la BNE. La muestra, comisariada por Antonio López Vega, Juan Pablo Fusi Aizpurúa, José Manuel Sánchez Ron, José Lebrero Stals y el recientemente fallecido Carlos Pérez García, recorre a través de más de dos centenares de piezas -algunas de ellas inéditas, entre pinturas, esculturas, fotografías, manuscritos, cartas, material científico, obras de arte, libros…- estructuradas en seis apartados las diferentes facetas del legado intelectual y científico de la Generación del 14.  El término Generación del 14 identifica a aquellas personas que hicieron de la europeización de España su quicio generacional. Para ellos, Europa significaba ciencia, razón, universidad, cultura, investigación, en definitiva, modernidad. Entre un largo etcétera, podemos incluir en esta generación a los filósofos, Ortega y Gasset, D’Ors o García Morente; los médicos Marañón, Pittaluga, Rodríguez Lafora, Hernando, o Pi i Sunyer; los matemáticos Rey Pastor o Terradas, el físico Cabrera, el químico Moles, los historiadores Castro y Sánchez Albornoz, los literatos Gómez de la Serna, Pérez de Ayala, Cossío, Madariaga, Onís, Vela, Díez Canedo o los poetas Juan Ramón Jiménez o Carner, el pedagogo Lorenzo Luzuriaga –que acuñó el término Generación del 14 en la revista Realidad en 1947-, los músicos Falla, Ernesto y Rodolfo Halffter, los pintores y escultores Sert, Miranda o Vázquez Díaz, los políticos Azaña, Besteiro, Fernando de los Ríos, Jiménez de Asúa o toreros como Juan Belmonte.
La literatura y el arte siempre parecen adelantarse a todos los acontecimientos. La desaparición del Boeing 777 me recuerda la exitosa serie “LOST”. La ficción vuelve adelantarse a la realidad.  El avión desapareció de los radares hasta ahora  solo hay hipótesis al respecto.
Los países nórdicos no dejan de sorprendernos con la novela negra. Viktor Ingólfsson “El enigma de Faltey” resulta ser un bocado de cardenal.  Este es el primer capitulo:


No hay comentarios: